28 de marzo de 2024

¿Por qué las víctimas del Covid-19 son llevadas a cremación inmediata?

20 de julio de 2020
20 de julio de 2020

Para evitar al máximo la propagación de la pandemia, las víctimas del Covid 19, se cremarán en el menor tiempo posible y debe ser en la ciudad donde sucedió el deceso.

Las normas establecidas en protocolos a nivel nacional e internacional y por las respetivas secretarías de salud determinan, que se deben extremar los cuidados en el manejo de las víctimas del Covid, por el peligro que representa la transmisión del virus.

Se deben diseñar rutas cortas para evitar los cortejos largos por las ciudades y cumplir con los protocolos, sin la presencia de muchas personas a lo sumo cuatro, sin ceremonias antes de la cremación.

En el caso de Bogotá hay doce cementerios, todos con hornos crematorios y el inventario llega a 25. Se instalaron cinco más, todos con certificaciones y controles de los entes de vigilancia.

COVID-19 es una enfermedad con gran variabilidad en presentación clínica, alta tasa de contagio para la cual no existe en el momento un tratamiento definido.

El riesgo de contagio al personal que ejecuta autopsias o procedimientos de tanatopraxia y la probabilidad de diseminación de la enfermedad por la manipulación de cadáveres no se conoce, pero se considera que puede ser alto, teniendo en cuenta que, en ausencia de la aplicación de un método de diagnóstico masivo, todo caso debe considerarse potencialmente positivo.

Por tanto, los cuerpos de personas fallecidas con diagnóstico confirmado, sospechoso o probable de SARS-COV-2 (COVID19), debe realizarse con la mínima manipulación posible.

En el marco del estado de Emergencia Sanitaria declarada, estos procedimientos se someten a las medidas prioritarias de prevención del riesgo de enfermar y diseminar el virus en el caso del personal sanitario que realiza la gestión del cadáver.

Los principios de precaución y dignidad humana en la manipulación del cadáver se deben cumplir siempre, en todo momento, respetando las creencias y aspectos propios de la cosmogonía de las comunidades étnicas y en consulta con sus autoridades (pueblos indígenas, comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueros, pueblo Rrom-gitano).

El cadáver debe mantenerse íntegro y limitar su manipulación, teniendo especial atención al movilizar o amortajar el cadáver evitando contacto directo con fluidos o heces fecales, utilizando en todo momento máscaras de filtración FFP2 o N95 (nunca tapabocas).

Las normas a nivel nacional e internacional, señalan que durante todo el proceso de manipulación se deben minimizar los procedimientos, que generen aerosoles, restringiéndolos solo aquellos que sean necesarios, en la preparación del cadáver, para cremación o inhumación y en los procedimientos de las necropsias exceptuadas.

El transporte, la cremación o inhumación, según sea el caso, se efectuará en el menor tiempo posible, con el fin de prevenir la exposición de los trabajadores y comunidad general al virus SARS-COV-2 (COVID-19).

Se debe evitar la realización de rituales fúnebres que conlleven reuniones o aglomeraciones de personas. (GRS).