¡ Oh gloria inmarcesible !
A 210 años del Grito de Independencia vale la pena hacer el ejercicio y recordar inicialmente las que se han considerado a través del tiempo, las causas fundamentales por las cuales se tomó en buena hora, la trascendental decisión de acabar definitivamente con el yugo español.
Pueden enumerarse como causas externas, la Revolución Francesa, la independencia de los Estados Unidos con su sistema presidencial y su forma federal y como causas internas, el movimiento de los comuneros de 1781, la Expedición Botánica de 1783, la traducción de los Derechos del Hombre, por Antonio Nariño en 1794, la guerra de los pasquines y el Memorial de Agravios de Camilo Torres.
Todos estos motivos fueron produciendo y concretando lo que hoy llamamos Grito de Independencia del 20 de julio 1810, que fue la intención de la oligarquía criolla de compartir el poder político con la autoridad española.
El grito de independencia del 20 de julio de 1810 significa el inicio del período de la dura gesta por adquirir la libertad de España.
Nos cuentan que todo comenzó con un florero. Era viernes, 20 de julio, día de mercado, cuando un criollo fue a pedir prestado un florero, un acto, aparentemente sin importancia desató un enfrentamiento entre criollos y españoles y culminó con la independencia de Colombia.
Hoy está claro que lo sucedido este día no fue un hecho espontáneo, sino fríamente calculado. Fue la consecuencia de varias circunstancias que desembocaron en una gran rebelión del pueblo.
Nombrado Antonio Villavicencio como Comisario Regio Americano inició su recorrido en Cartagena y se notaba que tenía una especial condescendencia con Antonio Nariño quien estaba preso en las mazmorras del Castillo. No vieron bien los miembros de la Real Audiencia que un americano viniera a defender a los americanos y mucho menos a fiscalizarlos. Empezaron por armar un expediente criminal en contra de la oligarquía criolla para así demostrarle al rey que lo que hacía Antonio Villavicencio era defender a unos delincuentes enemigos de la corona española.
La oligarquía criolla se dio cuenta de las intenciones de la Real Audiencia y empezó a reunirse en la casa de José Acevedo y Gómez, reuniones que se trasladaron al Observatorio Astronómico dirigido por Francisco José de Caldas.
En esas reuniones se planteó la posibilidad de contrarrestar las intenciones de las autoridades españolas y después de varias propuestas, no lograron ponerse de acuerdo, porque unos pretendían buscar un movimiento que se separa de España y otros para compartir el poder político.
La llegada de Villavicencio se aproximaba y por propuesta de Francisco y Antonio Morales comerciantes, quienes tenían una gran rivalidad con José González Llorente, un comerciante español, propusieron solicitarle a este, un adorno para el banquete que se le iba a celebrar para darle la bienvenida a Antonio Villavicencio
El plan era que insultaban al español mientras que los otros miembros de la oligarquía criolla instaban al pueblo a pedir un cabildo abierto para así poder compartir el poder con el virrey.
A fin de garantizar el éxito del plan, si Llorente entregaba el florero o se negaba de manera cortés, se acordó que don Francisco José de Caldas pasara a la misma hora por frente del almacén de Llorente y le saludara, lo cual daría oportunidad a Morales para reprenderlo por dirigir la palabra a un «chapetón» enemigo de los americanos y dar así comienzo al incidente.
Hacia las 4 de la tarde el viernes 20 de julio, día de feria o de mercado, el movimiento estaba prácticamente extinguido y no valieron las expresiones de José Acevedo y Gómez en uno de los balcones que hoy se llama Casa del florero donde era la sede del comerciante José González Llorente
No obstante cuando el pueblo que era en su mayoría indígenas y campesinos que sacaban sus productos a vender ya había desocupado la plaza, nuevamente reunidos a las 9 de la noche por José María Carbonell un líder popular, ya no pedían cabildo abierto, sino una Junta Suprema de Gobierno
A la oligarquía criolla se le fue de las manos ese movimiento y de acuerdo con el Virrey, convocaron a un Cabildo Extraordinario. Ese Cabildo Extraordinario decreto la independencia de España. No obstante, el virrey fue Presidente de la Junta Suprema de Gobierno.
El acta de independencia del 20 de julio que se conoce, tiene enmendaduras, tachaduras porque muchos de los miembros que la suscribieron por el temor a la barbaridad que impuso Pablo Morillo cuando llegó en la época de la pacificación y España retomo nuevamente el poder, trataron por todos los medios de que sus nombres no figuraran.
Mañana lunes 20 de Julio de 2020, celebraremos orgullosamente 210 años del Grito de Independencia.