Educación, virtualidad y pandemia en Manizales
Sobre este tema ya se ha escrito mucho, los grandes conocedores de la educación han hecho los análisis respectivos de la conjugación que estas tres situaciones presentan. En este caso mi intención es revisarlos a la luz del territorio manizaleño con algunas generalidades ya establecidas.
Lo primero que debo decir es que la situación difícil de la educación en básica y en media ya viene de tiempo atrás, el abandono estatal y la poca importancia que se le ha dado a la educación en las últimas décadas han dejado como consecuencia amplias brechas que se podrían resumir de la siguiente manera: ricos-pobres, urbanos-rurales, privados-públicos.
Ahora, el Covid-19 dejó mucho más al descubierto, la crisis educativa que vive el país también mostró qué estas brechas en la educación se ampliarían mucho más, pero esta misma pandemia ha dejado a la vista de todos una nueva brecha que seguro agudizará la situación de los más vulnerables, dejando ver sus efectos en el futuro cercano, pero sobre todo impidiendo a muchos de los que padecen estas cuatro brechas la imposibilidad de superar la pobreza y desarrollar sus capacidades. Esta cuarta brecha es: conectados-no conectados.
Tal como lo expresamos en columnas pasadas cuando en Manizales se discutía el Plan de Desarrollo, la cobertura de internet en el ámbito urbano del municipio es del 68%, mientras que en la zona rural es del 19%, ahora, las metas en el Plan de Desarrollo se ha planteado en llegar al 75% en lo urbano y al 25% en lo rural.
Así las cosas para que un niño, una niña o joven del municipio de Manizales que viva en la ruralidad asista a una escuela pública, como en efecto lo tienen que hacer, pero los ingresos de su familia los caractericen como pobres, y además no tengan un computador, una tablet o un celular inteligente y mucho menos la posibilidad de acceso a Internet, y así sus condiciones estén marcadas por la desigualdad, su destino será el mismo de sus padres quienes han vivido en la pobreza.
Por otra parte la educación basada en memorizar conocimientos y repetir contenidos, es anacrónica e imposible de aplicar en la coyuntura actual. Situaciones extraordinarias necesitan acciones extraordinarias, en este sentido desde la Secretaría de Educación es importante que se implementen modelos distintos a los que se han aplicado en las últimas décadas.
Urge enfatizar en aprendizajes a través de la experiencia y los proyectos, y que estos a su vez se puedan desarrollar desde los hogares como por ejemplo las huertas caseras, pensando un poco en la agricultura urbana y en la necesidad imperiosa que tenemos de ser sostenibles y sustentables en términos alimenticios por si esta pandemia se extiende o por si nuevas crisis llegan.
Otra de las actividades que se debería implementar es lo relacionado con la economía circular desde los hogares, el reciclaje y la separación en la fuente. La Secretaría del Medio Ambiente ya lo tiene muy adelantado y esperamos pronto se puede implementar con la ayuda y capacitación de los maestros y maestras y su aplicación en todas las instituciones educativas de básica y media del municipio.
@julianelpolit