28 de marzo de 2024

¡Ojo! personas con diabetes son más propensas a infarto si no hacen ejercicio

12 de junio de 2020
12 de junio de 2020

Las personas diagnosticadas con diabetes tienen entre 2,5 y 3,5 más posibilidades de sufrir un infarto que aquellas sin este padecimiento, señala el Programa de Prevención de Enfermedades del Corazón de la Universidad de California.

El doctor Henry León, médico cirujano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), doctor en Biociencias y licenciado en Educación Física, señaló en “Invicto”, podcast de UN Radio, que además de una alimentación saludable y una adecuada farmacología, el ejercicio físico es clave para evitarlo.

La diabetes mellitus afecta a 422 millones de personas en el mundo, según el primer Informe mundial de la diabetes publicado en 2016 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y es considerada como la epidemia del siglo XXI por esta misma Organización.

Esta enfermedad no transmisible tiene dos clasificaciones, según explica el doctor León: la diabetes tipo 1 ataca las células del páncreas, órgano encargado de la producción de insulina (hormona reguladora de la glucosa en la sangre), lo que ocasiona que el organismo no produzca esta hormona, y por lo tanto la glucosa o azúcar se almacene en la sangre y no sea aprovechada como fuente de energía. Por lo general se desarrolla durante la niñez y requiere de un tratamiento de por vida con insulina externa para controlarla. La diabetes tipo 2 es más recurrente en adultos, aunque últimamente son más frecuentes los casos en población más joven.

Existen varias razones por las cuales surge esta enfermedad, una de ellas es la obesidad, pues el exceso de tejido adiposo o grasa hace que aunque el organismo produzca insulina, las células del cuerpo no la reconozcan y de nuevo la glucosa no sea aprovechada como fuente energética. Otro factor de riesgo es el alto consumo de azúcares, lo que fuerza al páncreas a producir insulina en exceso, y en algún punto dejar de producirla.

¿Cómo ayuda el ejercicio físico a controlar la diabetes?

El ejercicio físico hace que los músculos esqueléticos introduzcan en las células el azúcar o glucosa alojado en la sangre, cumpliendo de esta forma con la función de la insulina. Esto permite disminuir la cantidad de azúcar que viaja por los vasos sanguíneos, y por ende reduce el riesgo de infartos o las lesiones de los nervios, usuales en personas con esta enfermedad; por eso es uno de los pilares para el control de la diabetes.

¿Qué tipo de ejercicio físico debe realizar una persona diabética?

Según el doctor León, las personas diabéticas se benefician con entrenamientos de fuerza y resistencia, los que permiten mejorar la cantidad y calidad de la masa muscular, junto con el sistema cardiovascular.

Entrenamientos con pesos altos y pocas repeticiones, además de sesiones de larga duración (30 minutos o más) con cargas bajas o medias –como caminar o trotar– conllevan grandes beneficios, como reducir los fármacos para controlar la enfermedad, la presión arterial, el riesgo de infartos, los lípidos en la sangre y el exceso de grasa que –como se mencionó– contribuye con el desarrollo de esta enfermedad.

Según Luis Miguel Hernández, profesional en Cultura Física, Recreación y Deporte de la Universidad Santo Tomás y magíster en Salud, “las Guías del Colegio Americano de Medicina recomiendan el trabajo de fuerza con diferentes elementos siguiendo una progresión adecuada que permita desarrollar esta capacidad. La población con diabetes mellitus debería trabajar la fuerza tres veces a la semana junto con ejercicio cardiovascular cinco veces a la semana, trabajo de movilidad articular y flexibilidad todos los días, además del trabajo de la zona media (abdomen y zona lumbar) y la coordinación”.

El experto también afirma que aunque el entrenamiento de fuerza máxima es el más indicado para la población diabética, se debe tener en cuenta el nivel de condición física y el principio de individualización en cada persona que realice entrenamiento físico; por eso lo más recomendable para las que inician es el volumen (cantidad de ejercicio realizado) y la intensidad (nivel de dificultad a la hora de entrenar) de trabajo, pero con una alta frecuencia (días o sesiones) de entrenamiento.