Los nuevos mirones
Este sabático coronavírico me ha convertido en voyerista empedernido. Don Abundio modelo C-19/2020. Para llenarme de ideas, he visto dos veces ‘La ventana indiscreta’, de Hitchcock. Y no me gustan los números pares.
Si su educación, hipotético lector, tiene una cámara Exakta Varex VX con teleobjetivo Kilfitl 400mm f/5.6 Tele-Kilar, algún cambalache hacemos (gracias, Google, por los datos recibidos). Esa cámara es la que manipula J.B Jeffries, el fotógrafo de la película del regordete director inglés.
En tiempos de coronavirus la ventana se ha convertido en “ágora o garito”. Existimos por la ventana. Claro que el protagonista, por mirar hacia afuera, ignora a la diva que tiene entre manos. Me refiero a la bellísima Grace Kelly, que jamás repite traje y que le lleva corrientazo del célebre restaurante El 21 de Nueva York. El pobre Jeff, James Stewart, solo tiene ojos morbosos para el vecindario.
Sin confirmar sí lo digo: ante el desplante continuado de Jeff a esa mujer de ensueño llamada Grace, “tan bella que hace daño”, el príncipe Rainiero la fichó para su tálamo. Como la vida se repite porque carece de imaginación, veo en el príncipe Carlos una versión moderna de Jeff, el retratero de pierna enyesada. Lo digo por el enroque de Diana por Camila Parker.
Otro detalle: en la película debuta el futuro abogado Perry Mason (= Raymond Burr) convertido en vulgar asesino de su mujer. Mason, a diferencia de algunos de sus pares colombianos, no defenderá por la vitrina que le generan sus encopetados clientes.
Ahora, a falta de la Exakta Varex VX, buenos son estos ojos que se banqueteará el horno crematorio “y el día esté lejano”.
He descubierto que al frente del apartamento vive un señor con cara de extranjero. Es extranjero. Otra vecina que no saludaba nos ha hecho la merced de gastarnos desnutridos buenos días. En el ascensor, cuyo cupo se ha reducido a la mitad, nos damos insípidos saludos, tapados hasta los dientes.
Tengo varios amigos nuevos de perro. Me ven sin el chihuahua y no me reconocen.
En las áreas comunes veo vecinos hablando por celular. También vecinas. Por la forma como sonríen mientras hablan se ve que charlan con la competencia. (A mí que me esculquen).
A veces veo en el vecindario cucos que parecen una bandera derrotada. Veré la película de Hitchcock otra vez a ver qué más aprendo.