28 de abril de 2025

La niña Embera Chamí.

26 de junio de 2020
Por Víctor Zuluaga Gómez
Por Víctor Zuluaga Gómez
26 de junio de 2020

Varias llamadas he recibido, entre ellas, de periodistas que quieren indagar sobre las costumbres de esta comunidad ubicada en el Occidente del departamento de Risaralda, pero que poco a poco se ha venido dispersando por muchos otros municipios, incluso de otros departamentos. Una de las personas insinuaba que la violación de niñas por parte de los mismos miembros de la comunidad, era una cosa normal. Tal afirmación, está por demás, es una apreciación “cabalística”, para hacer alusión a las desafortunadas expresiones de nuestra congresista Cabal, quien nos tiene acostumbrados a declaraciones, por decir lo menos, desafortunadas.

Y una señora, de aquellas que podríamos calificar de “piadosas”, decía que entre los indígenas no existía un referente ético o moral que les permitiera llevar una vida “decente”. Frente a esta última afirmación le dije que ojalá tuviésemos nosotros los referentes míticos que ellos tienen. Pues bien, ellos parten de la base que cada vez que se comete un acto que dañe a otro o al colectivo, de inmediato su corazón comienza a pesar más. De manera que al llegar la muerte, el corazón viaja en un pequeño bote hasta la desembocadura del mar y allí encontrará una escalera de perlas de cristal por donde deberá subir hasta el mundo superior en donde se encuentra el Creador llamado Karagabí. Si su corazón es muy pesado por las transgresiones que realizó en vida, los peldaños se rompen y cae a la tierra, convirtiéndose en un animal, para que durante la vida de éste, purgue sus infracciones, sus transgresiones a las normas del buen vivir en comunidad. Podría agregar que esta misma concepción la tuvieron los egipcios antiguos, donde su dios Osiris ordenaba, cuando alguien moría, que su corazón se colocara en un platillo de una balanza y en la otra una pluma. Si su corazón pesaba más que una pluma, se condenaba.

En cuando a la situación de la niña que fue violada por miembros del Batallón San Mateo, es imposible creer que no hubo violencia. Eso sería como decir que ella gozó plenamente de sus relaciones y que ellas están acostumbradas a ese tipo de relaciones a cualquier edad. Pues no, la mujer Embera no puede tener relaciones sexuales antes de haber tenido su primera menstruación, pues una vez que se produce, se realiza un ritual llamado “Hemedé” o paso de niña a mujer. A partir de ese momento puede tener una relación sexual, siempre y cuando sea consentida y con un hombre soltero. Cualquier violación o relación que tenga un miembro de la comunidad,  siendo casado, se castiga sometiéndolo a un juicio y llevándolo al cepo.

Pero también es cierto que han sido frecuentes las violaciones que sufren las niñas Embera, ya sea por miembros del ejército o por la guerrilla. Y muchas de esas atrocidades no se denuncian por temor. Lo que ocurre es que en este caso, digamos que fue de una gravedad inimaginable y también por el hecho de que en Pueblo Rico se encuentra de Alcalde un miembro de la etnia Embera. Eso les permite denunciar con más tranquilidad.

Esperemos que el peso de la ley caiga sobre esos sujetos que cometieron tan infame violación y de otro lado mancharon el nombre de la institución que por principio está destinada a defender los derechos ciudadanos.