29 de abril de 2025

Entrevista Édgard Hozzman “La confianza en el sistema judicial es baja y los jueces se han vuelto saco de boxeo de los políticos de turno”: Lucas Pombo Santos

29 de junio de 2020
29 de junio de 2020

 

Por Edgard Hozzman 

Ha logrado hacer realidad una carrera periodística sin apoyarse en sus apellidos, gracias a su personalidad, vocación y fe en la profesión. De la mano de quien creó un nuevo concepto informativo radial, Julio Sánchez Cristo, llegó a La W como periodista a finales de 2005. Hoy es el editor político de esa casa radial.

Estudió derecho por considerar que su formación de abogado le sería de gran utilidad como periodista y el tiempo le ha dado la razón al novel comunicador.

A muy temprana edad, al escuchar a sus padres y personas cercanas a la familia hablar de periodismo, como el nobel García Márquez, descubrió su vocación. “Me enamoré del periodismo antes de saber en realidad qué era”, dice.

Tuvo contacto con la actividad política desde su hogar y más directamente al finalizar la universidad. Trabajó en el observatorio legislativo Congreso Visible, labor que le dio la oportunidad de conocer a numerosos políticos.

Cálido, espontáneo, seguro de sus fuentes y comentarios, se ha ganado un lugar en la mesa de La W, en la que comparte opiniones con Alberto Casas, Yamit Palacio, Félix de Bedout, Rafael Manzano, Juan Pablo Calvás y Julio Sánchez, a quien siempre le tiene la respuesta exacta para la pregunta inútil.

Lucas Pombo es un periodista con gran futuro gracias a su escuela, talento, personalidad y carisma.

¿Cómo logra las primicias en un ambiente político tan polarizado?

Busco tener canales de comunicación abiertos todo el tiempo con todos los sectores políticos, sin excepción. Ese flujo constante de información es mi insumo para las noticias que publico todos los días. Aunque a veces la información que sale al aire molesta a algunas personas y cierra puertas, intento, con base en el respeto y la seriedad, no cortar innecesariamente esos canales de comunicación.

¿Cómo dosifica sus primicias matinales en La W?

El que se guarda las noticias las ve publicadas en otro medio. Información que se consigue y se verifica es transmitida inmediatamente al aire.

Cómo obtiene más noticias: ¿por teléfono o por chat?

Viendo cara a cara a mis fuentes, así se genera mayor confianza. En épocas de pandemia me ha tocado dedicarme a las llamadas. El chat es lo que menos uso, me parece impersonal.

¿Por qué estudió derecho y no periodismo?

Porque creí en ese momento que la formación como abogado me serviría más en mi ejercicio periodístico. El tiempo dirá si fue la estrategia correcta.

¿Cuándo y cómo descubrió su vocación periodística?

La descubrí desde muy joven. En mi casa siempre se habló de política y de periodismo y poco a poco me enamoré del oficio, incluso antes de saber en realidad qué era.

¿Quién fue el primero en creer en su vocación de periodista?

Sin duda, Julio Sánchez Cristo y Juan Pablo Calvás, que apostaron por un abogado recién graduado y se tomaron el tiempo de formarme.

¿Colombia tiene más pasado, presente o futuro?

Creo que hoy Colombia es mejor de lo que fue hace treinta años y peor de lo que será en treinta años. Somos un país cada vez más maduro, con una conciencia democrática más sólida y con un sentido crítico más agudo. Soy un optimista irremediable en ese sentido.

¿Cuál es su modelo periodístico?

Admiro a muchísimos periodistas. Julio Sánchez, Juan Gossaín, Daniel Coronell, Hernán Peláez, Enrique Santos y mi padre, Roberto, entre muchos otros.

¿Recuerda cuál fue su primera incursión periodística?

Durante la última etapa de mi vida universitaria trabajé en Congreso Visible, un observatorio legislativo de la Universidad de los Andes, y ahí hice mis pinitos en el periodismo. Fue la primera vez que hice reportería en el Capitolio, en seguimiento de la actividad congresional.

¿La corrupción le da dinámica a la política colombiana?

No, la corrupción siempre ha existido en la política y ha sido uno de los mayores obstáculos en el desarrollo social; sin embargo, creo que hablar de política y corrupción como sinónimos es simplista, peligroso y termina siendo un camino antidemocrático. Claro que hay corrupción en la política, pero también hay ideas, hay cambio, hay vocación de servicio.

¿Cuál es su escuela periodística?

Creo en cualquier escuela que ponga como eje central del periodismo al reportero y no al opinador.

En sus años de estudiante, ¿qué emisora escuchaba?

En las mañanas La W, en las tardes y en las noches Caracol, por el Pulso del Fútbol, La Luciérnaga y Hora 20.

¿Espiritual, religioso?

Sí.

¿Estamos los colombianos preparados para la pospandemia?

Nadie está preparado para la pospandemia. Ojalá el camino lo marquen los expertos y lo sigan los políticos, no al revés.

¿En qué falla el sistema judicial de Colombia?

En muchas cosas. La impunidad es altísima, la confianza en el sistema judicial es baja y los jueces se han vuelto saco de boxeo de los políticos de turno. Pero creo que el mayor mal ha sido la falta de norte. En Colombia creemos que las leyes, las penas solucionan los problemas y no es así. La cantidad de normas contradictorias e incoherentes que hoy existen nos tienen en el peor de los mundos.

¿Ejerce libremente su periodismo?

Por fortuna, sí. Nunca me he sentido censurado y he contado con el apoyo de mis jefes y de la empresa para desarrollar mi actividad periodística. Sé que muchos de mis colegas, especialmente en las regiones, no han contado con esa misma libertad.

¿Estaban preparados los periodistas para informar sobre la pandemia?

Ni los políticos, ni los científicos, ni los periodistas estábamos preparados para la pandemia. En el tema del coronavirus hemos aprendido a nadar, nadando. Hemos cometido muchísimos errores y este será un episodio que estará en los libros y se enseñará en las facultades de Comunicación.

¿Los delfines políticos son la continuidad de los males que flagelan a Colombia?

En la política, como en los negocios o el periodismo, hay delfines malos y hay delfines buenos. Lo que sin duda es malo es la mecánica de las viejas casas políticas enquistadas en el poder, cuya gasolina es la corrupción y que acaparan la actividad política.

¿Qué porcentaje de irreverencia y morbo tienen los informativos?

Esa es una de mis principales preocupaciones. No es fácil, tenemos que hacer un producto que sea al mismo tiempo periodísticamente valioso y atractivo para la audiencia; el auge de las redes sociales ha hecho que a veces nos volvamos esclavos de lo segundo, sacrificando lo primero.

¿Está de acuerdo con la vulgaridad y chabacanería en la radio?

Por supuesto que no, pero creo que el exceso de solemnidad y formalidad vuelven un programa antipático y poco atractivo. De nuevo, es un balance muy difícil de alcanzar, especialmente en la era de las redes sociales. 

¿Se le informa al país sobre la pandemia con ética y objetividad?

Creo que se ha hecho un esfuerzo por hacerlo. Esta pandemia ha mostrado la necesidad de fortalecer el periodismo científico, que es tan menospreciado.

¿Los informativos son paliativos ante la realidad que atraviesa el país?

Más que paliativos, los medios han servido como faros en un momento de oscuridad absoluta. Entre tanto miedo e incertidumbre, la responsabilidad es muchísimo mayor y el campo para la irresponsabilidad y la ligereza es nulo.

¿El gobierno debe tomar medidas para proteger el medioambiente y la Amazonia?

Sin duda. En Europa y en Estados Unidos el medioambiente se volvió uno de los ejes centrales de la actividad política. En las campañas, uno de los elementos que puede determinar si un candidato gana o pierde es su programa medioambiental. En Colombia ese tema sigue siendo accesorio, pero más temprano que tarde se tomará la agenda nacional. 

¿Se lanzaría a la política?

No. La política, desde la barrera.

¿Los partidos Conservador y Liberal aún existen?

Los partidos se volvieron el pararrayos del rechazo de la ciudadanía a la política. Esto ha llevado a que las personas se vuelvan más importantes que los partidos y se abra la puerta del mesianismo y el populismo. La debilidad de los partidos es un síntoma de que la democracia está enferma.

¿Los colombianos, por no conocer su historia, la repiten? 

Creo que cada vez tenemos una ciudadanía más consciente de su pasado y cada vez menos dispuesta a repetir los capítulos dolorosos.

¿Son estériles los aclamados discursos de los políticos?

Nada más poderoso que un buen discurso político.

¿Cuál es el héroe de su historia?

Mi padre.

Un tema de nuestro bello folclor…

“La casa en el aire”.

¿Cómo logra la respuesta inmediata para la pregunta inútil de Julio?

Con seguridad, hasta para equivocarme.

¿Cómo nació su afición por el Santa Fe?

De la familia de mi madre. Siempre el mejor plan fue ir a ver al León en El Campín.

¿Cuál es su playlist de cinco temas?

“Margie”, de Ray Barretto; “Lago en el cielo”, de Gustavo Cerati; “Vete de mí”, de Bola de Nieve; “Your Song”, de Elton John; “Mi muchacho”, de Diomedes Díaz.

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