Salir o no salir, esa es la cuestión
¿Cuál es el temor de las personas frente al hecho de salir en medio de la pandemia? Obvio, contagiarse. Y si bien esta ha sido una limitante razonablemente aplicada para mantener el confinamiento, el extremo esta cada vez más próximo a su rompimiento. El juego de la ampliación del encierro cada vez que se acerca el día de la libertad tiene en tensión a la comunidad.
A este de por sí grave temor, se agrega la preocupación por el deterioro de la actividad económica del país, el desempleo ya evidente y la falta de recursos básicos para supervivencia de los hogares.
Comprar comida en la calle ahora asusta, movilizarse media cuadra para ir a la tienda se convirtió en una actividad de alta adrenalina, cualquier billete que se recibe tiene que ser desinfectado, salir a la calle pasó a ser una actividad incomoda y llena de desconfianzas.
Al lado del temor se ha expresado la colaboración, aunque el futuro no está escrito, es claro que la conducta de las personas va a cambiar, la desconfianza nos acompañará un largo periodo, nos vamos a distanciar y ese café prometido se tendrá que aplazar.