29 de marzo de 2024

Edgard Hozzman Gracias maestro

4 de mayo de 2020
4 de mayo de 2020

Por Edgard Hozzman. Londonderry 

Falleció el pasado 30 de abril en Bogotá Carlitos Pinzón, un gigante de los medios que proyectó su vocación de comunicador sin vanidad ni egoísmo, un profesional digno de admirar e imitar.

Partió un gran señor, en el que se conjugaban  virtudes que fueron su gran argumento como comunicador. Carlos Pinzón fue  mecenas del rock nacional, filántropo e innovador de la radio y la televisión colombianas.

Fue la voz de la generación de los sesenta, creador de la radio juvenil,   el pilar fundamental de la entonces naciente Nueva Ola, el primero que  creyó en “Los Dangers”, la primera agrupación rockera de Colombia y promovió la destacada figura de Guillermo Valderrama, Pipo, el primer baladista nacional.

En 1961 encontré en el dial la emisora que marcó mi adolescencia, la Mil XX, la primera frecuencia juvenil que transformó la radiodifusión colombiana, gracias a su programación ciento por ciento juvenil. Los disc-jockeys de la Mil XX rompieron con lo establecido e impusieron originales jingles grabados en México, esa fue la gran innovación y el gran acierto del maestro de maestros, Carlitos Pinzón Moncaleano, quien creyó en el potencial de una generación que buscaba ser la protagonista de su propia historia.

Carlitos Pinzón, lo llamábamos cariñosamente los oyentes y asistentes a los conciertos que él programaba en el Teatro Colombia, templo sagrado del Rock colombiano. En ese  escenario se presentaron Bill Halley, “Los Dangers” y su cantante, Fredy Wilson, Guillermo Valderrama, “Pipo”, y todos los  pioneros del rock nacional, los primeros ídolos juveniles que tuvo Colombia.

En un concierto que tuvo lugar en el Teatro México en  1962 actuaron Los “Dangers Twist”, Guillermo Valderrama, “Pipo” y el cantante mexicano Fabricio, al final del evento, Hernán Suárez y yo  abordamos a Carlos Pinzón para solicitarle que nos colaborara en la idea de promover a la agrupación “Los Black Jets“ y él, generosamente, nos escuchó y nos dio ánimo para continuar adelante con nuestro proyecto, ofreciéndonos su apoyo.

Esta fue la primera vez que hablé con Carlos Pinzón, con quien más tarde me uniría una gran amistad, la que nació en Emisora Nuevo Mundo y se reforzó durante mi paso como Director artístico de Discos Philips.

Polygram  editaba entonces las mejores grabaciones de música clásica, producidas en el mundo en el sello alemán Deutsche Grammophon. Gracias a este género de música culta descubrí al melómano exigente y conocedor de los clásicos, de los que hablaba con gran propiedad y autoridad.

Fueron muchas mañanas y tardes las que generosamente me regaló,  guiándome y compartiendo sus conocimientos musicales, que  fueron de gran utilidad en mi trabajo como productor musical.

En 1980, como director internacional de Discos CBS, le colaboré con un elenco artístico internacional de lujo, en el lanzamiento de su primera Teletón. Este evento fue todo un éxito. En él, lanzamos en Colombia al dúo argentino “Pimpinela”. Lo acompañé en los Teletones de los años 81 al 84, apoyando la causa con el elenco Internacional de Discos CBS y EMI.

En Carlos Pinzón encontré un maestro, un amigo, un gran ser humano, cálido y  generoso, que hizo de las dificultades su gran razón para hacer realidad su vocación filantrópica, que no conoció barreras, ni políticas, ni religiosas ni filosóficas. Su existencia la  vivió con el sentimiento del más puro y exigente melómano, y supo darle razón, ingenio y pasión  a lo que le dictaba la imaginación. Fue, sin duda, un maestro de la vida.

Hasta el final de su existencia estuve en contacto con él gracias a su esposa Elenita, una mujer encantadora y mejor amiga, al igual que el maestro. De Carlos Pinzón Moncaleano solo tengo bellos e inolvidables recuerdos y un eterno agradecimiento por ser quien fue, un ser maravilloso. Su verdad fue la filantropía y su vocación de comunicador, su voluntad fue libre, su personalidad, original.

Él fue la voz e imagen de los menos favorecidos, ayudó a miles de familias en su Club de la televisión y supo despertar la solidaridad para ayudar a miles de personas discapacitadas con su Teletón.

Gracias, maestro, por lo que hizo por Colombia, por la radio, la música, la vida y por nuestra generación.