13 de mayo de 2025

La vida después del virus III

5 de abril de 2020
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
5 de abril de 2020

Ya se ha hablado de los cambios que después del virus se tendrán en el campo laboral, en el campo de la enseñanza y en la economía, tanto en la macro como en la economía pequeña, la de cada uno, la del diario vivir y la que sentimos independientemente de lo que suceda con las bolsas de valores o con el petróleo y esas cosas.

Todo lo anterior será una realidad en el corto y mediano plazo. Pero lo que si sentiremos más profundamente, será el cuestionamiento a la democracia tal y como la tenemos entendida y que sin lugar a dudas será objeto de reparos por parte de quienes ven en ella una forma de atraer a muchos, pero que la aplican o conciben de manera muy particular y, cabalgando sobre ella,  subyugan a los pueblos.

Usualmente estos que así conciben la democracia, acompañan sus discursos con el calificativo “democrático” a todo lo que realizan. Los hemos oído manifestarse que son “movimientos sociales demócratas”, o que son “reuniones demócratas”, que “el clamor demócrata”. En fin, el calificativo de demócrata para ellos es el sello milagroso con el cual, sin apelar al sentido cierto de democracia, atraen incautos que creen en los cantos de sirena que presentan como respaldo a sus redentoras soluciones. Recordemos solamente cómo en Venezuela se instauró un socialismo “democrático” que hoy se sustenta sobre la base de la compra del favor popular con la comida que entregan a quienes, obsecuentes, saludan y aplauden al gobernante de turno, pero que niegan a quienes no comulgan con sus determinaciones.

Pues bien, ese tipo de democracias o de gobiernos, estarán más en los días siguientes y en los que como cambios se nos avecinan después de la Peste China. Sí, porque al día de hoy ya es común oír de nuestros gobernantes, los del hoy, que las decisiones que toman son en beneficio de los menos pudientes; menos pudientes que recibirán el auxilio del gobernante, gobernante que se acordó de ellos en las afugias de estos días, gobernante que les dio lo necesario para vivir, para subsistir. Ese dar, en principio, tiene lo que de humanidad conlleva, pero también impone un principio de esclavitud. Recuerdo del gobierno pasado que, una vez se entregaron viviendas gratis en una ciudad colombiana, un alto funcionario reclamaba de uno de los adjudicatarios su intención de no acompañar con el voto a aquel que le había adjudicado la vivienda, llamándolo desagradecido, pues en su ventana tenía una publicidad contraria al generoso dador del favor.

Así se montan esas hegemonías, las que, a más de peligrosas, conllevan muchas veces a tal control de las multitudes como el que hoy vemos y padecemos de la China. En ese país, unos científicos buscaban cambiar la estructura de algunos virus. En ello los acompañaban algunos otros foráneos. En un momento de los procedimientos esos otros no quisieron continuar con ello dada la particular ética con la que los chinos manipulaban esas estructuras. Pues salidos esos países, China prosiguió y el resultado final lo conocemos hoy como COVID 19. Este virus saltó a la comunidad y un médico observó lo que sucedía y con él Ai Fen, también médica. El régimen, de partido único, que es el que gobierna en China, encarceló al médico y con ello lo calló y de la médica Ai Fen se desconoce su paradero. Cuando ese virus de convirtió en epidemia en Wuhan, tal hecho fue ocultado al mundo por algo más de un mes, quizás dos, hasta tanto el mismo se salió de las manos del gobierno central, del partido único,  y fue cuando el mundo conoció lo que sobre la humanidad entera se venía.

De esto es bueno observar que los gobiernos que se establecen como democráticos sobre este tipo de fundamentos, llevan a los pueblos a saber sólo que a sus dirigentes les interesa que sepan y a ignorar lo que en realidad sucede. El Estado chino se conoce como “República Popular China” en donde el calificativo de “Popular” proviene de ese empleo del calificativo  “democracia” que le dan quienes tienen una idea equivocada de la democracia como ese sistema imperfecto en el cual la libertad es esencial al respeto del ser humano.

Allí está el gran peligro de lo que heredaremos de “LA VIDA DESPUÉS DEL VIRUS” sobre la democracia y el cómo la perciben y venden algunos que por estos lares también suenan.

Manizales, abril 5 del año de la Peste China.