28 de marzo de 2024

NiKola Tesla: Cada vez más creativo

7 de enero de 2020
7 de enero de 2020

Por Guillermo Romero

El 7 de enero de 1943, a la edad de 86 años, en una pequeña habitación de un hotel donde residía en Nueva York, en completa soledad y empobrecido murió Nicola Tesla, el genio ingeniero eléctrico y mecánico con más de 300 inventos patentados que lo ubican como uno de los hombres más creativos y visionarios de la historia.

Había nacido el 10 de julio de 1856 en Smiljan, por entonces perteneciente al imperio Austrohúngaro y ahora Croacia. En la mitad de ese país está ubicada esta población que se hizo famosa por ser la cuna de Tesla.

En la actualidad tanto su casa, como la iglesia y un parque se han convertido en los puntos de atractivos turísticos, tienen un museo con algunos de los equipos de Tesla y dictan conferencias sobre sus trabajos.

Cada día descubren algunas aplicaciones de sus creaciones. En estos días se dieron cuenta que, en 1926, Nikola predijo en una entrevista, por ejemplo, la existencia de los smartphones.

«Cuando logremos implementar a la perfección la tecnología inalámbrica, toda la Tierra se convertirá en un cerebro inmenso, como si cada cosa que habita en el planeta es una partícula de un todo real y rítmico. Seremos capaces de comunicarnos entre nosotros instantáneamente, independientemente de la distancia», comenzó diciendo en esa charla.

En las cataratas del Niágara tanto en el lado de los Estados Unidos como en el de Canadá existen sendas estatuas en homenaje al inventor que vivió allí y desarrolló su trabajo de energía eléctrica, incluso, en Corning, un municipio cercano, se hicieron las primeras bombillas en una fábrica de vidrio. Y Búfalo fue la inaugural población iluminada con este novedoso sistema.

Tesla tomó la primera imagen de rayos X, ideó los principios teóricos del radar, el control remoto, la turbina sin paletas y realizó trabajos en el campo de la propulsión electromagnética y la robótica, a la que veía como posible en un futuro próximo.

Los historiadores concuerdan que fue en la Exposición Universal de Chicago en 1893, Tesla y Edison presentaron dos formas de producir y distribuir electricidad a nivel nacional. La diferencia radica en costo y seguridad: la corriente directa de Edison -financiada por General Electric- resultaba onerosa a larga distancia, y su producción era peligrosa; sin embargo, Edison y compañía comenzaron una campaña de desprestigio contra Tesla y su corriente alterna, célebremente electrocutando animales en demostraciones. Sin embargo, Tesla –financiado por Westinghouse—demostró que su trabajo alterno era seguro haciendo correr electricidad a través de su propio cuerpo para producir luz.

Tesla se preocupó por ayudarle a la humanidad. Desde muy pequeño se interesó por las matemáticas y las ciencias. Estudió ingeniería mecánica, eléctrica y física en Europa. Cuando se trasladó a Estados Unidos, encontró en Nueva York a Tomás Alba Edison quien se interesó por la facilidad para desarrollar y crear nuevos productos.

Cuando Tesla le pidió que le pagara los 50 mil dólares por sus avances en sus inventos, Edison no le quiso cancelar la deuda y simplemente le contestó que lo que le había prometido era una “broma americana”. Rompió también el contrato que tenía con Westinghouse porque no lo consideró ético y se retiró a sus salones de investigación y el mundo le dio la razón: la corriente debía ser alterna y no continua, pero Edison se quedó con el dinero.

Muchos le robaron sus ideas. Incluso, meses después de su fallecimiento la Corte Suprema de Estados Unidos como el inventor original de la radio.
Pero su verdadera obsesión la constituyó la “transmisión inalámbrica de energía”. En noviembre de 1890, consiguió iluminar un tubo vacío sin cable alguno, haciéndole llegar energía “a través del aire”.

Tesla no deja de impresionar cada día. Sus alumnos y seguidores descubren cada día una nueva creación o ampliación de sus ideas.