22 de enero de 2025

Enero y Febrero: meses de maltrato animal

Abogado, analista y columnista de opinión en El Espectador, Revista Semana y Eje 21.
2 de enero de 2020
Por Uriel Ortíz Soto
Por Uriel Ortíz Soto
Abogado, analista y columnista de opinión en El Espectador, Revista Semana y Eje 21.
2 de enero de 2020

No olvidar que la violencia y la indiferencia, son el lenguaje de la ignorancia; quienes practican, patrocinan o toleran el maltrato animal, deberían hacerse un examen de conciencia, para que saquen grandes conclusiones de su doble personalidad y se den cuenta cuán equivocados están en su vida.

Una sociedad que tolera y promueve actividades de tipo social o económico con el maltrato animal, sin lugar a dudas, es una sociedad que se torna violenta y no podrá corregir a los ciudadanos del mañana, por los mismos hechos que ellos patrocinaron.

Las corridas de toros, las corralejas, el coleo, las riñas de gallos, entre otros, deportes fuertes, que por esta época de vacaciones ocupan un lugar preponderante en diferentes escenarios de la vida nacional, deberían ser prohibidos, máxime cuando Colombia es un País donde día a día ocurren hechos tan violentos, que pueden ser la consecuencia del maltrato animal.

Es mucho lo que se ha escrito sobre cada una de estas actividades, sin que las diferentes organizaciones que dicen ser protectoras de animales, – tanto nacionales como internaciones-, tomen cartas en el asunto y sean capaces de fijar posiciones serias y definitivas, que por la forma y crueldad que sufren los animales, deben ser consideradas como no aptas para seres humanos y en consecuencia prohibidas de forma definitiva.

Nadie se explica, el porqué, la corte constitucional que hace unos años se pronunció en forma, por cierto, poco clara sobre el tema, después de tanto debate y opinión ciudadana, continúe guardando silencio; pero, lo más grave es que son varios los intentos que se han hecho de presentar un proyecto de Ley con el fin de prohibir en forma definitiva toda actividad que conlleve al maltrato animal, sin embargo, no alcanzan ni siquiera a ser radicados, cuando son rechazados o archivados en el acto.

Las corridas de toros que continúan siendo fiesta en Colombia; en muchos países europeos donde nacieron, han sido prohibidas, que sencilla y llanamente atienden el clamor de la mayoría de sus ciudadanos por no estar de acuerdo con las fiestas de tortura y maltrato animal.

Hay que tener en cuenta que, por los meses de enero y febrero, época de vacaciones, los taurófilos se las ingenian para dar rienda suelta a sus manías sádicas – más no culturales-, saciando sus deleites viendo sufrir los toros de lidia, muchas veces en manos de novatos novilleros, que se entrenan con el sufrimiento de sus víctimas animales.

Pero hay algo peor y cruel que las corridas de toros y son las llamadas corralejas, que por éstas épocas ocurren en algunas ciudades de Colombia: por lo general ganaderos irresponsables e inescrupulosos, alicorean a cientos de humildes ciudadanos – desempleados-, dándoles unos pesos por arriesgar sus vidas;  después de perder el juicio, son lanzados al ruedo en medio de una jauría de gente y toros bravos, que muchas veces los alzan o ensartan en sus cuernos, dejándolos lisiados de por vida o provocándoles la muerte.

¿Quién responde por todos estos bochornos?  ¿Los acaldes que las permiten o los ganaderos que las propician? Si los organismos competentes hicieran una investigación sobre estos casos, estoy absolutamente seguro que habrá mucha tela de donde cortar y serían varias las personas entre autoridades y ganaderos, que tendrían que responder por actos tan irresponsables e inhumanos.

Otro caso de maltrato animal que sucede en diferentes épocas del año, son las fiestas del coleo; no es nada justificable ver a varios vaqueros persiguiendo un toro, para finalmente cogerlo de la cola y derribarlo para que, de varias vueltas de campana, resultando ganador el maltratador mayor con más vueltas de campana.

Existen muchas otras formas de maltrato animal, pero que sean las diferentes organizaciones de protección las que se manifiesten y tomen cartas en el asunto.

 

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