28 de marzo de 2024

De la fiesta a la lucha.

13 de enero de 2020
Por Esteban Jaramillo Osorio.

Fin de la feria. Se apagó. Cesó el peregrinaje festivo por las calles, silenciados los ruidos musicales, la publicidad altisonante y los animadores sobreactuados. Se marcharon toreros, celebridades, estrellas y turistas enguayabados y agradecidos. Es única la ciudad.  Da gusto verla enrumbada, invadida y frenética.
En el Once Caldas, pruebas, ajustes de nomina con  expectativa, fogonazos de optimismo o desconfianzas que nacen del agridulce ensayo ante Pereira.
Curiosidad por los nuevos, con producción distante de lo esperado. Algo mostraron, lo que no justifica el elogio desmedido.
Mil abonados menos que el año anterior. Pocos recursos y nomina cerrada. No habrá más incorporaciones.
Henríquez sigue tocando la puerta. No se abre. Cuestión de costos y rendimiento. Henao la deja cerrada tras su polémica partida. A Diego Arias le pasan extrañas facturas y Dayro posterga su empeño de retorno. Aun no es el momento. Todo esto para acallar rumores y buscar verdades, respecto a los históricos.
No burbujea el equipo como favorito. Lo son otros que movieron el mercado con alardes económicos, jugosas inversiones y nombres reconocidos.
¡Ojo!: las chequeras no siempre hacen campeones. Es grande el salto entre una amplia nomina y un equipo altamente competitivo. No es fácil domar un vestuario.  De paso, al comienzo todos son campeones y al final solo uno.
Condicionado el técnico. Es ahora o nunca. La obligación, ensamblar el equipo, potenciarlo con los incorporados y proyectar los talentos emergentes. Se ven algunos en zona muerta, sin crecimiento, desubicados, improductivos,  o bajos de forma.
El trabajo apenas empieza.

Siempre la expectativa es mayor que las dudas. El hincha, en las caídas, cierra rápido las heridas. Pero, al margen de la emoción del retorno, no se ve perfilado  el equipo para el estreno.