28 de marzo de 2024

Flexibilidad curricular no es solo acabar con prerrequisitos

Profesor comprometido con la transformación del país a través de la educación. Formado en Lic. En Biología y Química, Mg. En Enseñanza de las Ciencias, Doctorando en Didáctica y constante investigador vinculado a la educación universitaria. Twitter: @DavidAlTama.
20 de septiembre de 2019
Por Omar David Álvarez Tamayo
Por Omar David Álvarez Tamayo
Profesor comprometido con la transformación del país a través de la educación. Formado en Lic. En Biología y Química, Mg. En Enseñanza de las Ciencias, Doctorando en Didáctica y constante investigador vinculado a la educación universitaria. Twitter: @DavidAlTama.
20 de septiembre de 2019

En el interés de innovar en la educación en todos los niveles, especialmente en la educación superior, enfrentada cada día a nuevos retos para captar la atención de potenciales y reales estudiantes, se han implementado estrategias de diverso tipo, posteriormente reglamentadas y asumidas por el Ministerio de Educación Nacional (MEN), como la reconocida “Flexibilidad Curricular”.

Para el MEN la flexibilidad curricular implica tener “los mismos objetivos generales para todos los estudiantes, pero da diferentes oportunidades de acceder a ellos: es decir, organiza su enseñanza desde la diversidad social, cultural de estilos de aprendizaje de sus alumnos, tratando de dar a todos la oportunidad de aprender”.

La flexibilidad curricular es, entonces, esa posibilidad que el estudiante tiene para formarse desde la diversidad. Los estudiantes proceden de contextos multiculturales, acompañados de una amplia gama de ideologías, estilos de aprendizaje, que varían de acuerdo con rasgos, dimensiones, preferencias personales y ambientales, interacción social. Cada persona es un mundo diferente que interpreta y comprende el entorno de acuerdo con los rasgos impresos en su ser. La educación contemporánea comprendió eso y asumió el reto de enseñar desde la diversidad. Así que el interés ahora es flexibilizar el currículo para brindar la misma oportunidad de aprendizaje a cada estudiante.

He observado, que perspectiva tan interesante, ha tenido algunas malinterpretaciones, asumiendo que solo se trata de transitar libremente por el plan de estudios de un programa académico, permitiendo que los estudiantes cursen asignaturas sin prerrequisitos. La flexibilidad ha anulado, entonces, el concepto de prerrequisito, y la verdad, algunos conocimientos exigen de otros previos para lograr una educación de calidad; en toda construcción los cimientos son clave para evitar fracturas y desplomes, no se construyen bases y a la vez se levanta segunda o tercera planta.

Si el propósito de una institución es formar profesionales de acuerdo con las necesidades del contexto social y productivo, se exige el desarrollo de prácticas profesionales contemporáneas, en el marco de currículo flexible que favorezca la formación interdisciplinar y con ello abra nuevos horizontes a estudiantes que organizan su plan de estudios de acuerdo con sus intereses académicos, acompañados por el profesor asesor que les orienta. Deben aplicar el “principio de integración curricular”, coherencia y articulación en contenidos y cursos, manteniendo presentes los prerrequisitos indispensables y la navegación por asignaturas básicas de carácter obligatorio, optativas y de libre elección.

Existen asignaturas fundamentales en todo proceso formativo, las cuales requieren de logros en cursos que las anteceden, en tanto otros saberes no y por ello se desarrollan en menos tiempo. Es importante pensar en qué profesional necesita el mercado laboral, cuáles son las necesidades del contexto social, y cómo aportarán en la solución de problemas locales, regionales, nacionales e internacionales. Tales proyecciones exigen de flexibilidad curricular en pro de educación de calidad, tema crucial en estos tiempos de acreditaciones de programas académicos e instituciones de educación superior.