29 de marzo de 2024

Alimentos para mascotas, ni sobras ni huesos

24 de septiembre de 2019
24 de septiembre de 2019

Entre los mitos más comunes asociados con la alimentación de los perros se encuentra la creencia de que los canes son carnívoros, que les hace bien alimentarse con sobras, que deben comer varias veces al día y que los huesos fortalecen sus encías.

El desconocimiento de los propietarios de perros y gatos frente al manejo nutricional de estos, unido a las tendencias actuales que promueven dietas caseras y crudas, también conocidas como BARF, son las causas de deficiencias nutricionales, enfermedades como la obesidad animal y problemas fitosanitarios asociados con el desarrollo de salmonela, infección que se puede transmitir de animales a humanos.

Sobre este tema ha investigado Astrid Rivera Rivera, médica veterinaria de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), magíster y doctora en nutrición animal, quien actualmente rechaza las dietas crudas y se inclina por la “nutrición de precisión”, método que a partir de variables como peso, raza, actividad física, energía gastada y etapa de vida del animal, le proporciona una alimentación balanceada.

Las diferencias biológicas y evolutivas entre perros y gatos son marcadas. El perro evolucionó del lobo, y en principio se alimentaba de carne, pero debido a la domesticación humana amplió su alimentación a las semillas y leguminosas, lo que pronto lo convirtió en omnívoro. El gato, por su parte, se destinaba a combatir plagas de ratones en embarcaciones y navíos; como premio a su labor se alimentaba de pescado, lo que evolutivamente lo hace carnívoro estricto.

Teniendo esas diferencias claras, la investigadora Rivera afirma que, a diferencia de lo que se piensa, los canes solo necesitan una ración al día, mientras que los felinos sí deben comer varias veces en pequeñas cantidades. El agua es el principal componente de una dieta equilibrada, seguido de los carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas.

Dietas crudas y caseras

Las dietas crudas o BRAF consisten en proporcionarles a los animales alimentos sin cocción como carne, leche y huevos que, al no estar debidamente tratados ni proveer las cantidades necesarias de minerales y vitaminas, transmiten gérmenes y generan déficits nutricionales. Según publicaciones de la American Veterinary Medical Associaton, los alimentos que se incluyen en las dietas crudas pueden contagiar la bacteria salmonela.

Las dietas caseras son aquellas que los propietarios de mascotas preparan en sus hogares mezclando alimentos como arroz, carnes y vegetales libres de aditivos y químicos. Estas dietas exponen a los animales a deficiencias nutricionales por falta de hierro, vitamina E, zinc y cobre, entre otros.

“Las dietas caseras son una tendencia interesante, pero deben ser formuladas por un nutricionista con base en el gasto de energía del animal, el ambiente en el que vive, la actividad que realiza y la etapa fisiológica, para que se proporcionen los alimentos con los porcentajes requeridos de vitaminas y minerales”, señaló la médica veterinaria.

Enfatiza además en la necesidad de no otorgarles cualidades humanas a los animales y entender que sus exigencias nutricionales no son las mismas que las de las personas.

Para los animales, el gasto de energía y el entorno en el que viven condiciona la cantidad de alimento que consumen: “un perro o un gato activo hace más ejercicio y por tanto, gasta más energía en sus actividades diarias que uno inactivo o sedentario; con base en eso, los nutricionistas medimos la cantidad precisa de comida”, puntualizó.

Mercado de alimentos

Según la firma de consultoría Kantar Worldpanel, en Colombia “más de 3.500.000 hogares tienen mascotas, el 67 % perro, el 18 % gato y el 16 % ambos”. Esa tenencia de mascotas se ve reflejada en el crecimiento del mercado productor de concentrado para animales, que en 2017 fue cercano a los 624 millones de pesos, lo que significa un crecimiento de 16 % con respecto a 2016.

Actualmente las casas comerciales ofrecen concentrados económicos, estándar, premium y súper premium, que, según su precio, tienen diferencias en sus ingredientes, concentraciones nutricionales y relación de estos. Los concentrados estándar y los económicos reflejan una alta concentración de materia mineral y de aditivos que disimulan la presencia de proteína vegetal.

“Aquellas que trabajan con concentrados premium y súper premium lo hacen con base en las tablas de requerimientos nutricionales, por lo que acceder a este tipo de comidas es lo más recomendable. Por supuesto la asesoría de un nutricionista debe primar a la hora de alimentar a las mascotas”, señala la experta en nutrición.