28 de marzo de 2024

Los tocayos del Vaticano

17 de julio de 2019
Por Óscar Alarcón
Por Óscar Alarcón
17 de julio de 2019

MACROLINGOTES

El tocayo que va de la Casa de Nari al Vaticano

La Embajada en el Vaticano ha tenido un sino trágico con nuestro país. El expresidente José Vicente Concha fue nombrado en esa sede diplomática y allá falleció. Igual sucedió con el también expresidente Enrique Olaya Herrera. Pero años después sucedió lo contrario: en 1937 designaron embajador al maestro Darío Echandía y quien murió fue el papa Pio XI. La historia volvió a repetirse en el 2017 cuando, luego de haber sido uno de los que contribuyó a la visita del papa Francisco a Colombia, falleció en Roma el embajador Guillermo León Escobar.

Está próximo a asumir como nuevo diplomático allí Jorge Mario Eastman, un joven inteligente, quien goza de buena salud, afortunadamente, lo cual hace suponer que tendrá mejor suerte que varios de sus antecesores. Hijo del exministro de su mismo nombre, llega a la ciudad eterna luego de haberse desempeñado, durante los primeros meses de este gobierno, como secretario general de la Presidencia, en la casa de Nari. Además, acompañó a Duque en su primera visita al Vaticano y, viendo lo que venía, saludó al santo padre diciéndole “tocayo”. Tan no cayó bien la “confiancita” que le tocó pedir excusa.

A propósito de su nombre y el del pontífice, un libro de reciente aparición (Sodoma. Poder y escándalo en el Vaticano) de Frédéric Martel –en donde no queda títere con cabeza– cuenta que en los años sesenta un gran amigo de Bergoglio fue Jorge González Manent. Eran inseparables, tanto que invitaron a Borges a tomarse una foto con ellos. En 1969, cogieron caminos diferentes, González dejó la Compañía de Jesús y Bergoglio siguió su formación religiosa. El primero escribió un libro sobre esa amistad y extrañamente fue retirado de las librerías. Nadie da razón de la obra, como tampoco de la fotografía que en su tiempo se conoció como la de “Los tres Jorges”

La desaparición de la foto se enmendará cuando Eastman llegue a Roma, presente sus credenciales y se tome una con el pontifique. No se llamará la de “Los tres Jorges” sino “Los Tocayos”.