28 de marzo de 2024

Borrando con el codo lo hecho con las manos

19 de junio de 2019
Por María Fernanda Restrepo Torres
Por María Fernanda Restrepo Torres
19 de junio de 2019

El pasado 7 de junio Caldas fue declarado el primer departamento de Colombia libre de cultivos ilícitos, y casi simultáneamente -el 6 de junio- la Corte Constitucional emitió la sentencia C-253 de 2019 que permite el consumo de alcohol y drogas en espacios públicos, esto teniendo en cuenta que las autoridades poseen diferentes medios para garantizar la tranquilidad sin violar el derecho al libre desarrollo de la personalidad.

Colombia tiene una imagen deteriorada en el exterior como consecuencia del narcotráfico y de compatriotas que delinquen en otras latitudes, casi siempre ligados a bandas y expendedores de sustancias ilegales. Ese imaginario colectivo está lejos de cambiar toda vez que la mayoría de personas capturadas con cargamentos de droga son paisanos suyos y míos.

Y sin embargo no se detiene la lucha contra ese estigma. Cinco años le tomó a Caldas ser declarado territorio libre de cultivos ilícitos, de lo cual da fe la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, cuyo delegado visitó nuestro departamento para certificar que gracias al trabajo conjunto de ONU, Ejército, Policía y Fiscalía se logró erradicar el cultivo de coca, principalmente en municipios del oriente caldense.

Una pequeña victoria para el país en medio del revuelo que causó la sentencia de la Corte Constitucional. Un logro agridulce, pues todos esos esfuerzos parecieron quedar en el limbo con el dictamen sobre el consumo en espacios públicos, que si bien ha sido interpretado con ligereza, merece una explicación más amplia, conociendo el daño que la droga ha causado en cada rincón de este país.

El tema definitivamente debe ser expuesto en detalle porque no se trata de cualquier cosa, se trata del rótulo que hemos cargado por años los colombianos, quienes con solo mencionar nuestra nacionalidad nos hace blanco de miradas inquisidoras, murmullos incómodos y pesquisas de pies a cabeza. Y ahora con licencia para consumir en espacios públicos, ¿qué podemos esperar?

Inicialmente pensaría: ¿De qué sirvió involucrar campesinos, actores públicos, comunidades y líderes sociales en la erradicación de tan intolerable flagelo, si en el parque es lícito consumir alcohol y drogas? Toda la educación recibida por estas personas para eliminar las drogas de estas tierras, y todo cuanto sus hijos lograron absorber de dicha experiencia, cae por la borda cuando en la calle podrán acceder fácilmente a sustancias psicoactivas.

No pasemos por alto que esto es Colombia, un paraíso para las fake news. De una sentencia pobremente explicada sobrevienen infinidad de malinterpretaciones, y es eso precisamente lo que está sucediendo. Pensaría también que la Corte Constitucional no podría vulnerar el Código de Policía y debe aclarar a la opinión general que las medidas regulatorias del uso de drogas y bebidas alcohólicas en el espacio público siguen vigentes.

Esto debe ser explicado como para dummies. Un comunicado en el que exponen que “se trata de una medida que impone una prohibición de realizar una actividad, que en sí misma no está excluida del ordenamiento jurídico, y lo hace de forma amplia y genérica en todo el espacio público”, no lo entiende alguien sin conocimiento previo, al menos debería ser más claro para una población cuya principal fuente informativa es Facebook.

No se puede dar un paso adelante y diez para atrás. En lo que a esta capital se refiere, se ha logrado un incremento en los índices de percepción de seguridad y una reducción significativa en las cifras de homicidios, logros que pueden venirse a menos si la corte pone mano laxa a los consumidores. Es perentorio que todos conozcamos lo verdaderos alcances de la sentencia C-253.

De resaltar es la voluntad de seguir adelante en la lucha contra los cultivos ilícitos y asimismo debería ser la defensa de las libertades colectivas por encima del libre desarrollo de la personalidad de un puñado; sin satanizar al consumidor pero protegiendo y dando prevalencia a los derechos de la mayoría. Lo logrado en Caldas es un mensaje para el país.