29 de marzo de 2024

Aproveche Duque

3 de junio de 2019
Por Humberto de la Calle
Por Humberto de la Calle
3 de junio de 2019

Para empezar: Si Santrich es culpable, debe ser condenado. Y no significa que se acabe el Acuerdo. Todo lo contrario. Pero, además, en tal caso habría traicionado a las FARC, a quienes negociamos de buena fe y a la generalidad de los colombianos. No creo que sea un héroe. Concuerdo con la JEP en que si Márquez añora las armas, se ha colocado por fuera de un elemento esencial del Acuerdo. Recomendación: pararle menos bolas a Márquez y más a Rodrigo Londoño.

En medio del barullo de esta semana, quedan claras varias cosas: el Acuerdo quedó bien hecho. Nadie ha puesto en jaque una regla esencial: el que delinca después de la firma asume sus consecuencias. La discusión sobre Santrich gira alrededor de las pruebas. No hay impunidad: ese ciudadano afronta hoy dos causas penales, una de ellas con destino a la extradición. Otro hecho: todas las Cortes han mostrado independencia frente a presiones de tamaño bíblico. En este punto, en vez de insultar, es recomendable leer con cuidado las providencias. Se puede discrepar. Pero hay argumentos serios.

A medida que se disipa el humo, va quedando claro que, aunque el espectáculo ha sido un tanto circense, toda la alharaca alrededor de una crisis apocalíptica pierde terreno.

Sin embargo, subsiste el deseo de generar confusión y odio para sacar provecho. Se habla de Constituyente y de Conmoción. Según mis fuentes, hay que reconocer que Duque no ha caído en la tentación. Tampoco Marta Lucía.

Derrotadas las objeciones, el Presidente en vez de escuchar los cantos de sirena del aventurerismo lunático, tiene la oportunidad de crear un ambiente de apertura mental. Lo patético es que estamos todos de acuerdo en muchos puntos. No queremos que narcos avivatos hagan trampa para no ser extraditados. Ahí está la iniciativa del Partido Liberal aupada por el Senador Velasco. No queremos que haya colados. Perfecto. Los controles que fueron pactados en el Acuerdo para el Alto Comisionado, pueden extenderse a las decisiones de la JEP en un esquema de colaboración. Puede encontrarse un mecanismo de coexistencia pacífica entre JEP y Fiscalía. Y lo esencial: que se intensifique la lucha contra el narco, aunque muchos crean que la respuesta es la legalización. Pero entre tanto, el gobierno tiene razón en que ese fenómeno debe ser atacado.

El famoso acuerdo nacional murió antes de nacer. Y no está mal. Un acuerdo global no es posible. No veo forma de acordar la reforma rural con Lafaurie. Ni el tema de género con Ordóñez. Tampoco puede construirse un acuerdo sobre la afirmación de Uribe de que en La Habana se pactó el cogobierno con el narco. Pero sí es posible lograr aproximaciones concretas con la mira puesta en un ejercicio dirigido a poner fin a la confrontación en los temas de implementación del Acuerdo. Es una responsabilidad de Duque. No le puede suceder que su legado se restrinja a servir de enterrador del Acuerdo con la guerrilla más poderosa. Duque no puede limitarse a ser inspector mayor de policía. Santrich no es el eje de su gobernanza. Mirar más al horizonte y menos a la coyuntura. En 2022 llorará si este termina siendo un gobierno de trámite. Diosa griega Ocasión: era calva. Que no le suceda a Duque que, en vez de aumentar sus canas, ostente la calvicie de la oportunidad perdida.