28 de marzo de 2024

Rosa Montero: «Amar te hace vulnerable y más frágil, pero no hay otra opción»

7 de mayo de 2019
7 de mayo de 2019
Imagen bajada de la cuenta de Twitter de Rosa Montero
Rosa Montero. Imagen Twitter.

Santiago José Sánchez

Bogotá, 7 may (EFE).- La última novela de Rosa Montero empieza con una frase demoledora, «sin amor no merece la pena vivir», que es un aperitivo del resto del libro, en el que la protagonista, Bruna Husky, aprende a amar, porque como dice la autora «amar te hace vulnerable y más frágil, pero no hay otra opción».

«Es verdad que amar te hace vulnerable, es verdad que te hace más frágil, pero es que no hay opción. Porque si no amas por miedo a esa vulnerabilidad directamente no vives», explica Montero (Madrid, 1951) en una entrevista con Efe.

La autora está en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) para presentar «Los tiempos del odio» (Seix Barral), su última novela y la tercera en la serie de Bruna Husky, una replicante de combate que habita el Madrid del siglo XXII, un mundo que Montero cree que es «menos catastrófico» que el actual.

Por eso, considera el libro como «completamente realista» a pesar de ser una obra de ciencia ficción: «define la realidad punto por punto».

Escribir ciencia ficción permite a Montero construir «un mundo», el «gran lujo» de todo escritor, si bien la autora no cree en los géneros literarios como «una cajita en la que se te obliga a meterte» porque dice que todo «es transgénero».

«Para mí ‘Los tiempos del odio’ es una novela de ciencia ficción pero es una novela policiaca, una novela de aventuras, es una novela de amor, es una novela política, es una novela psicológica, existencialista», añade la escritora, que cree que esa mezcla es posible gracias a que escribe en el siglo XXI.

Así, considera que «todos somos hijos de nuestras madres y nuestros padres, todos somos hijos de los libros que hemos leído», aunque si tiene que elegir solo a dos autores se queda con los estadounidenses Vladimir Nabokov y Ursula K. Le Guin, a quien consideró, además de una maestra, una amiga.

Por cómo habla de ella, se nota que Bruna Husky es el personaje favorito de todos los que ha creado Rosa Montero, autora de una treintena de obras entre novelas, libros de relatos y escritos periodísticos.

«Sin comparación es el personaje que más vivo, es el personaje más potente y con el que me siento más cercana, y con el que me parezco más (…) A cambio de esa conciencia álgida de la muerte y del paso del tiempo sí que tenemos también una conciencia álgida de la vida», señala.

Para amasar ese mundo futurista que habita Husky, la materia prima de Rosa Montero es la realidad.

«Simplemente es una transposición de este mundo y un desarrollo de este mundo, pero además es que muchas de las cosas las estamos ya viviendo», considera.

Por ello, niega que el mundo de Bruna sea una distopía, porque «el mundo de hoy es peor y en cualquier caso es parecido».

En la primera de esta serie de novelas, «Lágrimas en la lluvia» (2011), Montero vaticinó el mundo que estaba por venir en unos años: «la añoranza del totalitarismo, del dogma, del fanatismo», que han cogido cuerpo en la irrupción de fuerzas de extrema derecha en todo el mundo.

«Mucha gente de repente está empezando a dejarse de sentir representada por esa democracia, muchísima gente joven (…) Pero claro, el error tan garrafal es que de ahí pasan a sentirse tentados por la falsa pureza del dogma, por la falsa pureza de los dictadores, los fanáticos», dice.

Antes de esta entrega de la serie de Husky (Montero promete que habrá como mínimo otra más), la escritora publicó «El arte de la entrevista. 40 años de preguntas y respuestas», una recopilación de sus entrevistas.

Para esta maestra del género, la clave para hacer una buena entrevista reside en el interés por el entrevistado, por lo que dice que «un periodista no debería jamás preguntar una sola pregunta cuya respuesta no le interese saber».

Con la misma clarividencia con la que hace sus entrevistas, Montero concluye: «A veces nos pasamos toda la vida creyendo que no hemos encontrado el amor, simplemente porque por esa hiperutopía amorosa hemos desdeñado amores estupendos, rotos, imperfectos pero reales». EFE