28 de marzo de 2024

Cuentos inspirados en la música

16 de mayo de 2019
Por José Miguel Alzate
Por José Miguel Alzate
16 de mayo de 2019

Con la expectativa propia que despierta una obra que obtuvo el Premio Nacional de Cuento Ministerio de Cultura 1997, hemos leído el libro “De música ligera”, del médico manizaleño Octavio Escobar Giraldo. Y, a decir verdad, son cuentos que mantienen una unidad temática, escritos en diferentes técnicas narrativas, donde campea un aire musical que atrapa al lector. Como su nombre lo indica, “De música ligera” es un libro donde Escobar Giraldo recrea sus relatos con las letras de algunas canciones, insertando apartes de ellas en los textos. Otras veces la música aparece como una simple referencia, sustentando el tiempo cronológico del cuento. En este sentido, es necesario señalar que el autor maneja con destreza las referencias musicales, dándole presencia en el contexto de la historia narrada.

El título del libro es ya una referencia musical. Octavio Escobar Giraldo lo tomó de la canción que Gustavo Cerati compuso para cantarla con Soda Stereo.  El nombre pudo haber sido un imán para que los jóvenes se acercarán al libro. Además, porque su temática es juvenil. En las páginas de “De música ligera” los lectores jóvenes se identifican con lo que el escritor les cuenta. Ahí está la música que en los años noventa les llenaba el alma, la referencia a las cosas que les daba identidad, el ambiente en que entonces se desenvolvían. El mismo epígrafe del libro, un texto de Javier Pascual Aguilar, le dice al lector con qué se va a encontrar en sus páginas. Veámoslo: “Con sus dedos eternos la música teje un manto, un cobertor, un refugio para los imperfectos bailarines”.

Desde la primera página se advierte que estos cuentos están centrados en la música. La cita del libro de Darío Jaramillo Agudelo, “hubo días en que no necesitábamos de la música”, es el abrebocas para que el lector entienda que está motivado por esas baladas que en aquellos años hablaban de mujeres que se robaban corazones. El cuento inicial, “¿Recuerdas Staying Alive?”, enseña el ambiente musical de una Manizales que tuvo en Caballo Loco un punto de encuentro para que los estudiantes del Colegio Nuestra Señora hablaran de cómo hacían para aparentar dieciocho años y lograr que les vendieran las boletas para entrar a ver cine para mayores. Este relato, escrito con el lenguaje de los estudiantes, tiene referencias explícitas al séptimo arte.

En este libro los narradores tienen diferentes variantes. Por un lado, aparece un narrador en primera persona; es aquel que empieza a recordar los tiempos del colegio, los salones de clase, los profesores de la época, los amigos de entonces. Por el otro, aparece un narrador colectivo que le da coherencia al relato; es aquel que habla sobre la asistencia a diferentes teatros de la ciudad para ver cine pornográfico. El espacio geográfico de los cuentos es Manizales. “Nunca es triste la ciudad” es un monólogo interior donde se trae a la memoria a alguien que murió a temprana edad. El lector asiste, impresionado, al recuerdo nostálgico de una vida llena de sueños, de ideales, de ilusiones. Tal parece que el personaje central fue asesinado por sus ideas de izquierda.

En los cuentos del libro de Octavio Escobar Giraldo la narración es fluida, con asomos cinematográficos, en un lenguaje desprovisto de elementos retóricos, cargado a veces de términos escatológicos que en ningún momento se hacen pesados dentro del texto. La narración es ágil, directa, clara. La música, como dijimos al principio, es el común denominador en estos cuentos, el vaso comunicante en la narración. Observemos, como ejemplo, sus títulos: “Tus labios de rubí”, “Nino bravo que estás en los cielos”, “Digan lo que digan”, “El año en que Guns´n’Roses dominaba las listas”, “Himno Nacional”. La preocupación temática del autor ronda siempre, como una constante, los linderos de la música. Raphael y Nino Bravo aparecen en los relatos dándole consistencia a lo narrado.

“De música ligera” es un buen experimento desde el punto de vista técnico. Las voces van y vienen para darle realce a la presencia de los jóvenes, a su manera de ver el mundo, a los temas que los apasionan, a sus experiencias de vida. El cuento final del libro, “El año en que Guns´n’Roses dominaba las listas”, es una narración en primera persona donde el argumento no es una canción. Es la historia de una mujer que, en el Terminal de Transportes, antes de abordar el bus, conoce a un hombre que le llama la atención. La única relación desde el punto de vista argumental del relato es la estrofa final de una canción conocida del grupo. En “De música ligera” hay un narrador fornido, con disciplina intelectual y capacidad creativa.