La Soledad Adolorida
Como una reflexión acerca de la vida, coincidieron el obispo de la Diócesis de Pereira monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez y el alcalde de la ciudad Juan Pablo Gallo, durante la presentación oficial de la Semana Mayor. El Obispo de Pereira anticipó que durante las homilías de la Semana Santa los sacerdotes harían un llamado hacia la vida, con ocasión de los lamentables suicidios ocurridos en días recientes, insistiendo en que “nunca hay valentía en quitarse la vida, pues la valentía es saber amar, saber vivir, saber capacitarse y permanecer en la tierra haciendo el bien” y continuó: “el Papa Francisco quiere, en esta Semana Santa, insistir sobre los jóvenes, para que la Iglesia les dé más espacio en las actividades pastorales en el mundo”. En el lanzamiento de la programación, tanto el Obispo Corredor como el Alcalde Gallo, extendieron una amplia invitación a los colombianos para asistir y presenciar esta extraordinaria manifestación de fe que la religiosidad pereirana durante 60 años viene realizando ininterrumpidamente, haciendo de ella una de las celebraciones más admiradas en el país por sus procesiones y hermosas andas. Todo este preámbulo para significar el pesar por la cancelación de la procesión de la Dolorosa el Viernes Santo que, con recogimiento y devoción, nuestras mujeres año tras año vienen acompañando. Dos hipótesis se barajaron, el agua y la politización. Si bien cayó agua y por montones, esta ha sido la constante en sus celebraciones precisamente porque obedeciendo al calendario litúrgico, coincide con el ciclo invernal, marzo y abril. Nunca, que recordemos, sus procesiones han sido suspendidas, mas sí, retrasadas y acortados sus trayectos. ¿Qué sucedió entonces? Queda la segunda hipótesis y es la de la politización. La prensa habló de la presencia de las candidatas a la Alcaldía y la Gobernación cuya asistencia pudo molestar al Obispo de la ciudad, participación que no era desde luego del montón, recatada y fuera de cámaras sino, todo lo contrario, llamando la atención cual vedettes de novedoso espectáculo. Entendemos que dichas procesiones cuentan con una cofradía encargada de su organización, en la que su director invita a las personalidades de la ciudad, invitaciones a las que se hicieron las candidatas, vaya a saberse cómo. El suspenderla, consideramos nosotros, fue una decisión extrema, pues hubiese bastado con que el director, conocido el malestar del Obispo Corredor, quien estaba en todo su derecho de sentirse incómodo por la pretensión de las candidatas, les hubiese transmitido dicha contrariedad para que se abstuvieran de participar en lugar destacado. Privar a la ciudad, a los visitantes que atendieron el llamado del Obispo y del Alcalde con el fin de acompañar tan solemne manifestación de fe y religiosidad nuestra, no tiene presentación válida. Deberá esto servir hacia futuro para que haya una notificación clara a la clase política de abstenerse de asistir a los distintos eventos de la Semana Santa, no como feligreses, que bien pueden hacerlo, sino tomando protagonismo en actos que no les corresponde.