15 de enero de 2025

Más de dos mil millones de personas no tienen agua

22 de marzo de 2019
22 de marzo de 2019

Por Guillermo Romero Salamanca

Aunque el acceso al agua y al saneamiento es internacionalmente reconocido como un derecho humano, más de dos mil millones de personas no tienen siquiera la más básica de servicios. Así se desprende el más reciente informe de Desarrollo Mundial de Agua de las Naciones Unidas, presentado este 19 de marzo en Ginebra, Suiza.

“Refugiados y desplazados internos son a menudo se enfrentan a serios obstáculos para el acceso de los servicios de abastecimiento y saneamiento y sus números son más altos que nunca. En 2017, los conflictos y la persecución obligados 68,5 millones de personas a abandonar sus hogares. Por otra parte, un promedio anual de 25,3 millones de personas se ven obligadas a migrar debido a los desastres naturales, el doble que en la década de 1970 – un número que se espera aumentar aún más debido al cambio climático”, dijeron los ejecutivos de la ONU en su informe.

Aunque el 70,8% de la superficie terrestre está ocupada por agua, tan solo un 2,5% de toda el agua existente en el planeta es agua dulce, o sea, apta para consumo. De esta, la mayoría se encuentra inaccesible en glaciares, en los polos y nevados, así que tan solo disponemos para consumo del 0,5% que es agua subterránea o superficial.

A nivel mundial, es probable que más del 80% de las aguas residuales se libera al medio ambiente sin tratamiento adecuado.

La cifra presenta un sistema de alarma al conocer que, en 2050, cerca del 70% de la población mundial vivirá en las ciudades, frente al 50% actual. Actualmente, la mayoría de las ciudades no tienen una infraestructura inadecuada y los recursos para hacer frente a la gestión de las aguas residuales de una manera eficiente y sostenible.

1,8 mil millones de personas utilizan una fuente de agua contaminada con heces potable, poniéndolos en riesgo de contraer el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la polio.

Desde la década de 1990, la contaminación del agua ha empeorado en casi todos los ríos de África, Asia y América Latina.

POTABILIZANDO EL AGUA

Planta de Agua en Quibdó montada por Fundesarh

Fundesarh, una organización no gubernamental se dedica a construir plantas de potabilización de agua para instituciones educativas en el Chocó, la segunda región del mundo donde más llueve, pero que, por motivos de contaminación, el preciado líquido es cada vez menos consumo humano. Incluso alimentarse con peces ya está prácticamente prohibido porque los animales aparecen con mercurio por la explotación en las cuencas de minas ilegales para buscar oro y platino.

En la actualidad Fundesarh dotará de una planta de potabilización de agua a la Institución Educativa Sede Anexa a la Femenina De Enseñanza Media (IEFEM), en Quibdó, Chocó. Será una planta, con capacidad de procesar 1.000 litros por hora, la cantidad de horas en funcionamiento continuo será por demanda de agua potable durante toda la jornada escolar de 7:00 am a 5:00 pm, por lo que no se presentaría inconvenientes en el suministro.

“Este trabajo lo podemos adelantar gracias al apoyo de la Embajada del Japón en Colombia que ha visto las necesidades en esta región de casi quinientos mil habitantes”, comentó Orlando Castiblanco, encargado de la tarea.

EN CIUDAD BOLÍVAR Y SOACHA

Aunque las empresas de Acueducto de Bogotá y de Soacha buscan maneras para llevarles agua a todos sus habitantes, lo cierto es que en muchos terrenos de invasión el líquido es escaso, les llega dos veces por semana y es imposible cumplirles porque cada vez llegan más habitantes que conectan mangueras en cualquier lugar.

Con tanques de agua los habitantes de Ciudad Bolívar se proveen para el consumo semanal.

“Esta situación es incontrolable porque no se puede entregar al momento redes de acueducto o de alcantarillado. En el solo sector de Cazucá, en Soacha, un plan de aguas podría costar unos 430 mil millones de pesos y ese dinero no lo tiene el municipio y toca recurrir a paliativos como llevar tanques para que se provean de agua o racionarla”, explicó el concejal Joel de los Ríos.

FALTA DE CONCIENCIA

A pesar de conocer estas cifras, muchos ciudadanos continúan enjuagando vehículos con agua potable, desperdiciándola en las duchas, jardines o lavando aceras.

De otra parte, hace unos meses, la Universidad de La Sabana reveló cifras preocupantes en un estudio que realizó. “En el país se desperdicia el 43 % del recurso hídrico”, dijo e indicó que una de las causas son las fallas en la infraestructura de los acueductos que lo conducen. Solo por eso pierden más del 40 % del líquido que administran. Es así como, en promedio, de cada 10 litros de agua, se perderían cuatro por rebosamiento o fuga de los tanques, por deterioro de las redes, por conexiones ilegales y errores en la medición”, dijo la Universidad en su estudio y aclaró que Bogotá, tiene uno de los indicadores más altos en la pérdida de este líquido, con el 38 %.

Además, según la investigación, cada año se arrojan más de 756.945 toneladas de residuos orgánicos a los ríos, como comida, materia fecal, plantas podridas, entre otros. Además de eso, anualmente, también se arrojan más de 918.670 toneladas de materia orgánica no biodegradable, como plásticos, cauchos y demás residuos industriales.