Una gran voz que se jubiló
Contraplano
El veterano locutor manizaleño Gabriel Muñoz López hace uso de su buen retiro de la radio colombiana, en Bogotá, a ruego de su familia que ve con preocupación el progresivo deterioro de su salud.
El paso al costado lo dio con el dolor del alma mientras libraba una pertinaz batalla con la Parca, en Miami, su colega y amigo entrañable Eucario Bermúdez Ramírez, ¡alma bendita!
En una de sus últimas apariciones en público, en su muy amada Manizales, estas dos figuras de la radiodifusión recibieron el reconocimiento de la comunidad caldense, en julio de 2014. En el acto los acompañó la finada Miss Universo, doña Luz Marina Zuluaga, que en gloria esté.
La Ciudad de las puertas abiertas lució sus mejores galas para agasajar a estas ds figuras cimeras de la radio que se iniciaron en la desaparecida Emisora Electra, la misma en la que se formó Mario Jaramillo Duque, otro talento caldense que brilló con luz propia en la industria radiofónica colombiana.
Así como don Eucario tuvo su triángulo radiofónico entre Manizales, Bogotá y Miami, el eje de don Gabriel se concentró en Manizales, Medellín y Bogotá. Caracol fue la marca en la que más sobresalieron. El primero perduró en el molusco hasta su fallecimiento, ocurrido el 6 de enero último, en la Capital del Sol. El segundo apagó su micrófono capitalino, a pedido de sus seres queridos, por las mismas calendas. Prácticamente, a Muñoz López lo forzaron en su casa a jubilar su voz.
En su columna ‘Pantalla y Dial’, el colega Édgard Hozzman, el observador permanente de los medios, registró así la sensible baja del experimentado hombre de radio:
“Silenciosamente cerró su ciclo radial una voz que no solo fue deportiva, también fue la voz de nuestro folclor. Su programa, “Así canta Colombia”, fue el último fortín de nuestra identidad cultural, nuestro bello y rico folclore, abandonado por los últimos cinco gobiernos, los que han estado más preocupados por sus intereses personales que por nuestras raíces culturales.
Un pueblo sin identidad e inculto es el terreno propicio para la demagogia y corruptela política, la que se alimenta del fanatismo e ignorancia.
Gabriel ya no irá más en el horario al que lo relegaron, no lo volveremos a escuchar. Por solicitud de su familia ante sus quebrantos de salud se retira de la radio, que fue su gran pasión. Gabrielito, gracias por haber hecho tan buena radio, gracias por su sensibilidad y vocación de comunicador. Lo recordaremos como uno de los grandes maestros de nuestra radiodifusión, versátil, creativo y dueño de una de las más claras voces, testigo de grandes gestas deportivas las que narró, haciendo vibrar a una Colombia que se identificaba con los nuestros héroes deportivos”.
La apostilla: Una fórmula providencial para desembarazarse de un impertinente aspirante a locutor sin futuro alguno, le dio un día Gabriel Muñoz a Juan Harvey Caicedo, examinador de los aspirantes por encargo del Ministerio de Comunicaciones: “Dile, sencillamente, que no sirve para nuestro oficio porque tiene los pies planos”.