29 de marzo de 2024

Luz de la calle, oscuridad de.….

14 de octubre de 2018
Por Ricardo Tribín Acosta
Por Ricardo Tribín Acosta
14 de octubre de 2018

Hay en verdad en la vida algunos que “se las traen”. En sus actividades laborales, sociales y comunitarias son el verdadero ejemplo a mostrar en la sociedad pero cuando llegan a sus casas que cambio el que dan. De ser individuos amables, conciliadores, agradables, desprendidos, se vuelven por el contrario  descorteces, intransigentes, desagradables y egocéntricos. Da la impresión que pudiesen ser otra persona diferente y al parecer llevaran en la realidad dos vidas diferentes a lo Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Lo mejor del caso es que además son juzgadores y tratan de mostrarse ante los demás como seres de alto contenido y acción espirituales.

¿Y porque actúan así? Vanidad de vanidades, diría el antiguo refrán y porque todo lo que muestran no es más que una máscara para ocultar sus verdaderas personalidades. Me contaban el caso de un paciente que llegó a un hospital y el médico de turno lo atendió con despotismo y agresividad, Estando en esas su médico primario llamó al ocasional facultativo y le recomendó al feligrés. En tal diálogo telefónico la actitud y tono del desagradable medico cambió y empezó a adular al doctor que lo llamaba, simplemente porque este era muy conocido y respetado en el medio. “Si, mi Doctor, ni mas faltaba. Cuente con que su paciente se le dará la mas excelente de las atenciones”.

¿Y ese cambio, se preguntó el ocasional inquilino de aquel lugar? Muy sencillo, cambió porque le tocó y no por sentirlo, mostrando dos caras completamente distintas que lo tornaban de la oscuridad hacia la luz. Lo triste del caso es que su cambio no fue en verdad sincero, sino por conveniencia, y por tanto en su diario trasegar continuó siendo un personaje bastante desagradable hasta que un día pagó las consecuencias y, como consecuencia de su incómoda práctica, fue retirado del centro hospitalario. Por lo anterior es mejor ser humildes que espirituales en apariencia, y por tanto poder tener la disposición de buscar cambios interiores que nos ayuden a ser mejores en la vida.