29 de marzo de 2024

Congresistas irresponsables que No van a trabajar

Estudiante Doctoral. Magíster en desarrollo y planificación. Politólogo. Profesor universitario y consultor en políticas públicas. Interesado en educar para la política. Concejal de Manizales.
4 de septiembre de 2018
Por Julián Andrés García Cortés
Por Julián Andrés García Cortés
Estudiante Doctoral. Magíster en desarrollo y planificación. Politólogo. Profesor universitario y consultor en políticas públicas. Interesado en educar para la política. Concejal de Manizales.
4 de septiembre de 2018

 

 

Por Julián Andrés García Cortés

 

 

 

 

¿Qué le pasaría a usted si un día no va a trabajar; ¿cuáles serían las consecuencias, habría alguna justificación para que usted no sólo faltara una vez, si no varias?

Sin lugar a dudas, le harían una sanción disciplinaría, porque es evidente que el jefe debe velar porque su organización funcione bien, que todos los trabajadores cumplan con sus deberes y como mínimo vayan a trabajar. Las sanciones podrían pasar por un llamado de atención, un memorando, días de suspensión sin pago, hasta la finalización del contrato.

Suponemos que en las empresas privadas lo anterior se hace cumplir, y se supone que en las públicas también debería funcionar igual, pero solo pasa con algunos funcionarios y no con todos; al parecer quienes mayores influencias tengan, también tienen mayores beneficios con la ley. Todo lo anterior para recordar, –porque es posible que muchos ya los sepan- que, en la pasada legislatura algo bochornoso para el departamento de Caldas pasó en la Cámara de Representantes y no por uno, sino por dos de los cinco congresistas a los que el departamento tiene derecho.

Antes de referirme a esto creo que es necesario mencionar, aunque la consulta anticorrupción lo hizo a la perfección, que un congresista se gana mensualmente 40 Salarios Mínimos Legales Mensuales Vigentes-SMLV, es decir la suma nada despreciable de $31.331.821 millones de pesos, es decir, a un congresista durante sus cuatro años legislativos, le estamos pagando más de mil millones de pesos, una cifra que ni usted ni yo, vamos a poder obtener trabajando toda la vida por un mínimo.

Pero sumado a esto, también hay que decir que un congresista en Colombia solo tiene sesiones durante ocho de los doce meses, pero le pagan todo el año completo, es decir, que tienen cuatro meses de vacaciones y gana 39 veces más que cualquier empleado raso; pero lo peor de todo, es que nuestros dos ilustres congresistas, además de todos los beneficios económicos que tuvieron no iban a trabajar. Toda una vergüenza y un mal ejemplo para los caldenses.

Menciono este tema hoy, después de dos meses y medio de haber terminado la pasada legislatura (19 de junio) y a mes y medio de haber iniciado la nueva (20 de julio), porque el pasado martes 28 de agosto el Consejo de Estado en primera instancia negó la pérdida de investidura del hoy senador Liberal Mario Castaño, quien está acusado de no asistir sin excusa válida a unas 70 sesiones en las que se votaron proyectos de ley y actos legislativos, entre julio del 2014 y diciembre del 2017. Esperamos que en la segunda instancia la justicia obre de la manera correcta.

Ahora nos preguntamos ¿Qué le pasaría a usted que trabaja por un mínimo, si faltara dos meses a trabajar?

Para quien sí hubo justicia fue para su compañera de recinto, Luz Adriana Moreno Marmolejo ex Representante a la Cámara por el Partido de la U, línea Mauricio Lizcano, quien en fallo de segunda instancia le sostuvieron la pérdida de investidura y la muerte política. El caso de esta ex congresista, es menos grave, pero nunca justificable, ella faltó a trabajar más de seis veces, pero eso sí, sagradamente cobraba su sueldo. Este es el primer fallo de esta naturaleza, y es la primera vez que un congresista pierde su investidura por faltar a las sesiones y vergonzosamente es una caldense.

Los políticos caldenses no nos representan muy bien, los casos de corrupción que ellos cometen son abiertamente conocidos ya que algunos reciben sobornos de Odebrech, otros chuzan las campañas políticas de sus opositores, unos tienen problemas de contratación en el SENA, o mandan a cerrar programas de televisión de opinión, etc. Habrá que recordarles que para asumir un cargo público se necesita voluntad, ganas, responsabilidad y una profunda vocación de servicio que no hemos visto en ellos.

Por eso, es hora de hacer un corte con estas situaciones, es momento de renovar y dignificar la política, de expresar que ellos no nos representan, que los habitantes de Caldas somos responsables y cumplimos la ley, pues lo demostramos en las dos pasadas elecciones (Presidencia primera vuelta y Consulta Anticorrupción), allí los caldenses manifestamos con el voto que estamos cansados de los políticos tradicionales, de sus formas de hacer política que nos avergüenzan a nivel nacional y esto lo vamos a demostrar ganando las elecciones regionales del 2019.