28 de marzo de 2024

Reflexiones: ELN, Venezuela, y los acuerdos de paz

20 de febrero de 2018
Por Clara Inés Chaves Romero
Por Clara Inés Chaves Romero
20 de febrero de 2018

Por: Clara Inés Chaves R (*)

Es aterradora la noticia del diario el tiempo de fecha 16 de febrero titulada “Colombia inquieta por participación de venezolanos en ataques del ELN”. El ministro de defensa colombiano Luis Carlos Villegas” reveló que le manifestó oficialmente al Gobierno venezolano su preocupación por que, en territorio de ese país, esa guerrilla está planeando ataques que está ejecutando en Colombia”.

En igual forma, no deja de ser a su vez, preocupante la noticia del diario El tiempo del 12 de febrero del año en curso, llamada: “Acuerdo de paz con las FARC solo ha avanzado un 18,5 %” en la cual el coordinador del informe de la Comisión Internacional de Verificación de los Derechos Humanos en Colombia, Sr. Joaquín Sánchez , señaló  durante una rueda de prensa celebrada en el Parlamento Europeo, que «El Gobierno tan solo ha tramitado 12 de las 34 medidas que se habían acordado para el primer año del proceso de paz»

Si bien estas dos noticias tienen su análisis individual, las dos coinciden en el debilitamiento de las instituciones democráticas en Colombia, las cuales se han venido aminorando desde hace varias décadas atrás. El flagelo del narcotráfico jugó un papel importante en este proceso de desgaste institucional, ya que acabo con los valores en la sociedad.

Cualquiera que lee estas dos noticias, inmediatamente dice que es un problema del gobierno Santos.

Sin querer desconocer la relación directa que el actual gobierno pueda tener con el problema, no se le puede achacar a él toda la culpa, ya que responde a una problemática de vieja data en la que muchos gobiernos de una u otra forma fueron complacientes con la corrupción, el clientelismo, el gamonalismo, y han sido indiferentes con toda la problemática social que el país ha presentado desde hace siglos, a tal punto que ha venido existiendo ausencia del estado en algunas regiones del país.

Lo que es preocupante, es la falta de compromiso de las instituciones públicas para ejecutar lo dicho por el Jefe de Estado en materia de cumplimiento de los acuerdos de paz.  Es decir, pareciera ser que algunos colaboradores del Presidente le hicieron conejo, y no cumplen de esta manera con sus funciones, debilitando así, la imagen del país ante la comunidad internacional.

Es vergonzoso que los esfuerzos del ejecutivo tanto a nivel nacional como internacional se pierdan, solo porque los colombianos no entendamos cual es nuestro compromiso con la historia de nuestro país, y con el futuro del mismo.

Como si fuera poco, nosotros como nación no tenemos el sentido de unirnos en torno al Jefe de estado y de gobierno, quien representa la unidad nacional, como sí lo tienen otros países más civilizados. En Colombia pueden más los odios, los egoísmos, y la polarización, que el sentido de responsabilidad que los colombianos debemos tener para con nuestra patria.

Es difícil que algunos connacionales entiendan, que el problema de la paz en Colombia, no es un problema de un gobierno, o de un presidente, sino que es un tema de estado.

Acá no importa que nuestro presidente se llame o no Juan Manuel Santos; lo que interesa es que la paz es un tema que nos corresponde a todos como país.

Así mismo es alarmante la noticia relacionada con la supuesta ayuda del gobierno de Venezuela para con el ELN, quien le está permitiendo realizar entrenamiento militar en su territorio, y un gran número de venezolanos están engrosando las filas de este grupo subversivo.

Lo que no nos damos cuenta es que en la medida en que nosotros no nos comprometamos a conciencia con la paz y con el cumplimiento de los acuerdos, estaremos metidos en una guerra de nunca acabar, con lo cual se acrecentará la pobreza, la injusticia social, y le será más difícil al estado hacer presencia en las regiones donde el conflicto armado se recrudecerá.

La única manera para combatir a estos grupos como el ELN por ejemplo, es a través del cumplimiento de los acuerdos de paz, los cuales promueven la justicia social, la equidad, la igualdad, y las víctimas son el corazón y la razón de ser de los mismos. No hay desarrollo sin seguridad, y no hay seguridad sin desarrollo.

Nos preguntamos ¿dónde está el ejército que permite que los 17 sitios desocupados por las FARC fueran ocupados por el ELN, tal como se menciona en la noticia del diario El Espectador “Estos son los municipios de las antiguas FARC que ocupó el ELN”?. Pareciera ser que existe una complicidad para debilitar al estado.

Colombia ocupa el quinto lugar en el ranking de los ejércitos más potentes de  América Latina, y el 40 lugar en el ranking mundial por encima de Venezuela que se ubica en el puesto número 45, según lo mencionado por la institución internacional Global Fire Power.

Para la institución antes mencionada, Colombia tiene un ejército con más de 511.550 mil soldados, con una reserva de 62000 personas, ¿no es una cifra importante para haber controlado y acabado con todos los grupos subversivos? ¿No hubiera el ejército colombiano con todo su personal, permitido que el estado ejerciera su soberanía en todos los rincones del país?

Según las declaraciones del subdirector de la fundación Paz y Reconciliación Sr. Ariel Ávila dadas a “Colombia vanguardia.com” el pasado lunes 29 de enero 2018, “el reto que tiene la fuerza pública de arremeter contra el ELN no será difícil debido a que las fuerzas militares no han perdido la posibilidad de atacar a quien sería su enemigo. Sin embargo lo que si consideró el analista, es que el gobierno debe de implementar un plan candado de cara a las elecciones presidenciales. Según Ávila las fuerzas militares no han perdido ninguna capacidad, porque son más de 470.000 hombre de la fuerza pública contra 3000 del ELN”.

Si unimos la totalidad de los grupos subversivos en Colombia, vemos que son menores a la cantidad total de personas que conforman las fuerzas armadas del país. Entonces podemos decir, que algo no funciona y está mal…

En consideración al tamaño de las fuerzas respectivas: Fuerzas Armadas versus grupos subversivos. ¿Que está esperando las fuerzas armadas para acabar con estos grupos al margen de la ley?, ¿al menos que no se trate de un conflicto armado sino de un conflicto de intereses?.

El pueblo colombiano deberá unirse en torno a su Presidente, y dejar aún lado la polarización, a fin de que unidos en una sola voz podamos combatir los flagelos que hoy nos ahogan como país, y al mismo tiempo poderle hacer frente a Venezuela, concientizando a la comunidad internacional de que este estado no solo se volvió un peligro regional, sino un foco de desestabilización para Colombia.

Debemos tener políticas migratorias claras, en donde se deporten a los extranjeros que delinquen en Colombia.

Es la hora de que el mundo tome en sus manos el tema de Venezuela, apoyando a su pueblo para que cese el éxodo migratorio y retorne la democracia; pues esto se ha convertido en uno de los problemas más importantes para Colombia.

La nación colombiana debe de unirse para combatir a los violentos, a la corrupción, purificar y fortalecer sus instituciones democráticas para devolverle su credibilidad, y cumplir con los acuerdos de paz.

No podemos retroceder, ni para tomar impulso.

(*) Ex diplomática