28 de marzo de 2024

A Don Antonio Pardo con el debido respeto  

Autodidacta. Periodista de largo aliento formado en la universidad de la vida. Destacado en cadenas radiales, diarios nacionales y co-fundador de medios como Colprensa y el diario digital Eje 21. Formador de buenos reporteros en Manizales, Bogotá y Medellín.
3 de febrero de 2018
Por Orlando Cadavid Correa
Por Orlando Cadavid Correa
Autodidacta. Periodista de largo aliento formado en la universidad de la vida. Destacado en cadenas radiales, diarios nacionales y co-fundador de medios como Colprensa y el diario digital Eje 21. Formador de buenos reporteros en Manizales, Bogotá y Medellín.
3 de febrero de 2018

Contraplano

Por Orlando Cadavid Correa

Acaba de cumplir sus 83 años y se goza ya, a su manera, los 84 calendarios el maestro Antonio Pardo García, leyenda viva del periodismo colombiano.

Invierte todo su tiempo en tres de las cosas que más le gustan: leer, escribir y viajar, y no lo seduce la polémica en ningún escenario.

No le dio importancia a algo que le contaron en diciembre: que el comentarista deportivo Oscar Rentería andaba reclamando la paternidad de la espléndida transmisión que hizo Todelar, en 1971, de los Juegos Panamericanos. El megalómano vallecaucano se autodefinió como “el cerebro radial” de dichas olimpiadas celebradas en Cali hace la bicoca de 47 años.

Que no nos venga don Oscar con el cuento peregrino, según el cual, fue él y no Pardo quien condujo con maestría admirable aquellas memorables jornadas.

antonio pardo

El verdadero maestro de la radio se limita a comentar que “si él (Rentería) se siente bien cobrando esa paternidad, que siga siendo feliz”.

Otro bastón en el que el tal apoya su vanidoso palmares: que fue él quien le dio la primera oportunidad, en radio, a Ricardo Alarcón, cubriendo camerinos en el estadio “Pascual Guerrero”, en La Sultana.

Como parece que lo ha molestado siempre el éxito de los demás, sufrió cuando Alarcón llegó a la presidencia de Caracol Radio y él continuó batiéndole incienso en su Valle a los clubes América y Cali.

Cuando recibió el Premio de Periodismo

Don Antonio busca editor para el que será su segundo libro en el que ha compilado en unas 1.000 páginas la opulenta historia de la radiodifusión colombiana.

Mientras aparece el impresor decidido a partir en dos tomos de 500 folios cada uno la  Gran Crónica Pardista, rescatemos algunos apartes del prefacio que hicimos para su primer libro (Una apuesta por el periodismo), en mayo de 2013:

Esta es una buena  noticia para las generaciones presentes y futuras del periodismo colombiano; la aparición del libroUna apuesta por el periodismo,

Pardo es uno de los pocos colombianos que se han movido con fluidez y dinamismo en el periodismo  y la producción radial.  El cerebro de este paisa parece un motor de cinco mil  caballos de fuerza.  Sus orejas son dos poderosos e insomnes satélites que albergan un  insondable nicho de ondas corta, media y larga.  Su nariz es un mariscal arrodillado (y sin gabardina) que clama por su batallón de talentos ultimado por los tenientes de micrófono y oficina.  Las dos lumbreras del comandante Pardo –como lo llamamos sus discípulos-   siguen  oteando en busca de la radio perdida.

pardo antonioEl libro es pura fibra radial  viva, en absoluto teorizante.   Las dos o tres citas que trae son  muy breves y precisas.  En ningún momento pierde el hilo que toma desde el principio: fallas, descuidos, errores y equivocaciones elementales. Desnuda con total propiedad, como sólo él puede hacerlo, el desmonte paulatino que se ha hecho del talento en radio y televisión y la falta de preocupación por la capacitación.

Tiene una visión muy clara del destino de internet en relación con los medios electrónicos convencionales y se pregunta con mucho juicio qué sigue, con respuestas de considerada probabilidad.

Los ejemplos informativos de su paso por Diario de Colombia, el cotidiano del mariscal Gilberto Alzate Avendaño; La República, matutino del presidente Mariano Ospina Pérez; la cadena Caracol, el cabo Cañaveral al que  lo llevó para su lanzamiento hertziano don Fernando Londoño Henao; el circuito Todelar, en el que formó tripleta  admirable con los finados, Alberto Giraldo López y Gabriel Cuartas Franco,  y la cadena  RCN, su último peldaño para acceder a la pensión, podrían verse fácilmente como colofón de la obra, aunque van más allá:  se trata de una deliciosa refrendación -generosa en anécdotas- de su visión sobre la problemática planteada  y las soluciones  periodísticas profesionales en cada caso. Insistimos: ¡que anecdotario tan monumental!.

La apostilla:  El erudito manizaleño Silvio Villegas, el Leopardo, uno de los admiradores de este arquetipo de la reportería, escribió el 17 de  noviembre de 1964: “Antonio Pardo  es un periodista de carrera, de los que buscan las noticias con pasión y con emoción.  Su orgullo profesional se cifra no solo en anticiparse a sus colegas,  sino en acumular informaciones y en presentarlas lo más sintéticamente posible”.

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