7 de julio de 2025

Los vergonzosos insultos de Donald Trump

15 de enero de 2018
Por Albeiro Valencia Llano
Por Albeiro Valencia Llano
15 de enero de 2018

albeiro valencia

El presidente de Estados Unidos sigue en campaña política y de ese modo su imagen se mantiene “fresca”, porque contribuye a oxigenar la nueva “Guerra Fría”; es que a sus seguidores los mueven las emociones que transmite el líder. Trump empezó el nuevo año con la vieja agenda política, conquistando con los mensajes que su pueblo quiere escuchar: convertir a Estados Unidos, de nuevo, en la primera potencia económica y militar; devolver el sueño americano a los blancos nacionalistas e impulsar una política de apartheid contra afroamericanos, latinos y musulmanes.

Sigue agitando la bandera contra Corea del Norte. En su discurso de Año Nuevo Kim Jong-Un le advirtió a la primera potencia que no debía atacar a su país “porque nuestro arsenal nuclear ya está completo y el botón para activarlo está en el escritorio”, y agregó que por su parte no pensaba atacar a nadie y que “nuestras armas serán usadas solo si nuestra seguridad es amenazada”. Al mismo tiempo ofreció enviar una delegación olímpica a los Juegos de Invierno en Pyeongchang, Corea del Sur, el próximo mes, e iniciar diálogos para “resolver las tensiones actuales” en el campo militar.

Después de este primer paso de esperanza entre las dos Coreas a Trump no le quedó otro camino que “permitir” las conversaciones, pero afirmó que la propuesta de Kim Jong-Un equivalía a una sumisión, ante su amenaza. Recordemos que dijo “mi botón es más grande ¡Y funciona!”

El insulto a los inmigrantes

Un nuevo escándalo se desató a raíz de una reunión con legisladores en el Despacho Oval de la Casa Blanca, cuando el senador demócrata Dick Durbin y el republicano Lindsay Graham le presentaron un proyecto para suprimir la llamada “lotería de visados”, que cada año otorga 50 mil visas a ciudadanos de países con una baja tasa de emigrantes a Estados Unidos. La mitad de esos visados se reasignarían a inmigrantes incluidos en el Estatus de Protección Temporal, que incluye diez países: Haití, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Somalia, Siria, Sudán, Sudán del Sur y Nepal.

Pero el acuerdo busca, además, una solución para cerca de 800 mil jóvenes que se benefician del programa DACA, que protege de la deportación a los inmigrantes indocumentados conocidos como dreamers (soñadores), quienes llegaron al país cuando eran niños. Como parte de la negociación el presidente Trump busca que los demócratas acepten financiar el muro que quiere construir en la frontera con México, pero los legisladores se muestran reticentes.

El problema estalló cuando se tocó el tema de los inmigrantes de países incluidos en el Estatus de Protección Temporal. En este punto el presidente dijo. “¿Por qué tenemos a toda esta gente de países (que son un) agujero de mierda viniendo aquí?” “¿Por qué necesitamos más haitianos? Sáquenlos”. La palabrota usada es muy fuerte en inglés: “Shithole countries”, que quiere decir países de los que sale mierda, o mierderos. Después de insultar a los inmigrantes de estos países dirigió su atención hacia Noruega y dijo que daría la bienvenida a sus inmigrantes.

Como era de esperarse creció la ola de indignación por los comentarios del presidente, pues el mensaje es claro: “Si no eres blanco, no eres bienvenido”. El portavoz del Alto Comisionado para Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville, dijo que “si se confirman sus comentarios escandalosos y vergonzosos, por parte del presidente, la única palabra que se puede utilizar es, racista”. El gobierno de Haití, mientras conmemoraba el aniversario del devastador terremoto de 2010, emitió una nota en la que consideró “inaceptables” las palabras “odiosas y abyectas” de Trump, que reflejan “una visión simplista y racista completamente equivocada”. Y Ebba Kalando, portavoz del presidente de la Unión Africana, condenó las declaraciones “hirientes” y “perturbadoras” del mandatario: “No es solamente hiriente para las personas de origen africano en Estados Unidos, sino también para los ciudadanos africanos”.

Ante la cascada de críticas Trump admitió que en una reunión en la Casa Blanca, para discutir sobre inmigración se dijeron cosas “duras”, pero aseguró que “ese no fue el lenguaje utilizado” y que nunca pronunció “algo despectivo sobre los haitianos, más allá de decir que Haití es obviamente, un país muy pobre y con muchos problemas”. Pero el senador demócrata, Dick Durbin, dijo que Trump efectivamente se refirió a “países de mierda” y que además lo hizo reiteradamente.

De otro lado a los noruegos no les gustó la invitación de Trump, porque no desean ser elogiados por el presidente de Estados Unidos, pues son declaraciones racistas, contrarias a los valores noruegos de inclusión. El país nórdico tiene un generoso sistema de salud público y de pensiones y fue elegido el año pasado como el lugar más feliz de la tierra. Sobre esta base el profesor Christian Christensen, docente de la Universidad de Estocolmo, explicó, con ironía, algunas de las razones por las que “se produciría la inmigración”: “Por supuesto que a la gente de Noruega le gustaría irse a un país en el que las personas son mucho más propensas a ser tiroteadas, viven en la pobreza, no tienen atención médica porque son pobres, no tienen permiso de maternidad pagado o guardería subvencionada, y tienen menos mujeres en el poder”.

Este espinoso asunto se viene ventilado en una coyuntura especial debido al escándalo que produjo el libro “Fuego y Furia”, escrito por Michael Wolff, una bomba editorial que pone en carne viva el tema de “las capacidades mentales del presidente Trump, para dirigir el país más poderoso del mundo”.