29 de marzo de 2024

POTENCIA REGIONAL

28 de noviembre de 2017

Muy pronto, cuando comiencen los acostumbrados balances de fin de año, será necesario tener muy presente que en 2017 Colombia se consolidó como la gran potencia deportiva de la región Andina.

La manera contundente como nuestra delegación se impuso en los Juegos Bolivarianos que concluyeron el pasado fin de semana en Santa Marta, además de confirmar tal supremacía, dio buenas pistas sobre la considerable distancia que se les ha tomado a las naciones vecinas. El primer lugar de nuestro país fue respaldado con 460 medallas, de ellas 213 doradas, frente a las 292 y 94 de oro de Venezuela, que ocupó el segundo lugar.

Tras los recientes resultados en otras competencias del ciclo olímpico, la superioridad ya era evidente. Basta revisar el medallero de los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro para constatar que, de la región, solo Brasil, Cuba y Jamaica estuvieron por encima.

Por supuesto que aquí el país de la revolución bolivariana es el referente obligado. Ha sido tradicional rasero a la hora de evaluar el desempeño de nuestros deportistas. Es bueno recordar que los Bolivarianos precedentes, celebrados en Trujillo (Perú), también terminaron con victoria en el medallero para Colombia, pero allí solo en la última jornada se confirmó. Esta vez fue con holgura.

Sin duda, la crisis a todo nivel que hoy padece Venezuela tiene que reflejarse asimismo en el deporte. Es algo apenas lógico. En el de alto rendimiento, cada vez más hay que acompañar el talento natural de hombres y mujeres con una preparación bajo los más altos estándares técnicos y con apoyo científico de primer nivel. Todo ello requiere tanto presupuesto disponible como una gestión eficiente y muy rigurosa en las entidades públicas responsables de las actividades del músculo. Muchas figuras de esta delegación no se hicieron presentes por mera falta de dinero, de ahí que haya sido una representación con bajo promedio de edad. Pero esta realidad no es, ni mucho menos, la única explicación de la ventaja que le tomó Colombia.

Hay mérito grande. Con altibajos, que no faltan, en el ámbito local y nacional, los entes encargados del deporte han hecho la tarea. Coldeportes, en un plano general y las ligas, a escala territorial. Se trata de un trabajo juicioso que ha tenido continuidad y, de nuevo, rigor. Hecho que, además, resulta ejemplar para otros campos de la administración pública. Aparte de las preseas, a la gestión de Coldeportes hay que sumarle otro logro: la infraestructura. Aunque con una premura que pudo haberse evitado, a la larga consiguió tener listos los escenarios, mérito compartido con la Alcaldía de Santa Marta. Tal vez el único lunar fue no haber concluido el bello estadio de Bureche, que deberá completarse en los plazos establecidos.

Colombia ha iniciado el ciclo olímpico de la mejor forma posible; hay deportistas valiosos, dignos de respaldar y exaltar. El reto ahora es no bajar la guardia de aquí a Tokio 2020. En tiempos de austeridad como los que se anuncian, tal desafío se hace más complejo. Deportistas y también dirigentes deberán exigirse al máximo. Madera tienen.

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