29 de marzo de 2024

¡Conchudo!

10 de noviembre de 2017
Por Eligio Palacio Roldán
Por Eligio Palacio Roldán
10 de noviembre de 2017

Eligio Palacio Roldán

Conozco a alguien que no “voltea a ver” a su abuela pero si utiliza su casa, deja las luces encendidas por si “alguien” las apaga, deja sus ropas esparcidas por el piso por si alguien las recoge,  y deja los baños sucios por si otro alguien, o el mismo, los suelta. Y vuelve una y otra vez a hacer lo mismo como si nada pasara, como si no le importara. Este es el caso “ejemplar” de un conchudo, del común. En la cotidianidad de nuestra Colombia hay casos igual de repetitivos y dramáticos.

En una de sus acepciones, la Real Academia de la Lengua Española define conchudo como indolente (que no se afecta o conmueve) y, obviamente, son indolentes porque nadie los frena, nadie los “pone en su sitio”. Veamos algunos casos:

  • Los cabecillas de las Farc: Han sido narcotraficantes, asesinos, secuestradores, violadores, reclutadores de menores, En fin, lo más violento y sanguinario de nuestra sociedad y, ahora, se pavonean por el país como si nada les importara, como si les saliéramos a deber. ¡CONCHUDOS!
  • El presidente Santos: Sacrificó ocho años de gobierno por un Nobel de Paz y va terminando su segundo mandato con un país dividido, polarizado, pesimista, inmerso en la corrupción, inundado de cultivos ilícitos y microtráfico de drogas; en medio de una crisis económica en la que no se vislumbran salidas y con una desaprobación histórica. Mientras tanto, se pavonea por el país y el mundo como si fuera un gran gobernante y adoptando gestos y ademanes de la Madre Teresa de Calcuta, Gandhi, el Papa Francisco o el Padre Marianito. ¡CONCHUDO!
  • Alvaro Uribe: Sacrificó ocho años de gobierno tratando de derrotar a las Farc, entregándole el país a los corruptos y hoy posa de líder en la lucha contra ese flagelo. Como expresidente critica decisiones, del actual presidente, similares a las que tomó en su gobierno. ¡CONCHUDO!
  • Ernesto Samper: Permitió el ingreso de dineros del narcotráfico a su campaña presidencial, siendo una vergüenza para Colombia y luego posar de hombre de bien y líder latinoamericano. ¡CONCHUDO!
  • Congresistas: Se hacen elegir y reelegir por un pueblo al que engañan. Corruptos y desleales como ningunos, se venden al presidente de turno a cambio de “mermelada” y olvidan su supuesta ideología y las razones por las que se hicieron elegir. Deambulan por campos y ciudades y por el mundo sin percatarse que son otra gran vergüenza para el país. ¡CONCHUDOS!
  • Luis Pérez – Gobernador: Una mezcla entre “El Emperadorcito” de Nelson y sus Estrellas y Luis XV por su querer sentirse Rey de Antioquia y no por aquello del famoso porcentaje corrupto, o quizás también por ello. A pesar de toda su veleidad se cree un ser ecuánime y buen gobernante. ¡CONCHUDO!
  • Federico Gutierrez – Alcalde de Medellín: Se cree un modelo de alcalde y no ha hecho nada para lograrlo, aparte de modelar como gobernante de la ciudad de Medellín. Se disputa este “honor” con Fajardo y Luis Pérez en sus respectivas alcaldías: Gobierna para las cámaras y el aplauso. ¡CONCHUDO!
  • Germán Vargas Lleras. Si Juan Manuel Santos resultó un traidor al camuflarse como Uribista, éste le dio cátedra en sus narices. Líder de un partido famoso por los casos de corrupción, ahora piensa transformar a Colombia. Este si es el ejemplo de un ser sin vergüenza. ¡CONCHUDO!

Y los personajes conchudos son tantos y tantos que incluirlos en estas líneas es imposible.

Uno quisiera creer que en el conchudo hay alguna dosis de inocencia y puede que así sea; pero hace parte de la doble moral del ser humano. Doble moral que es difícil de dilucidar y erradicar si no se tienen principios éticos claros.

ANTES DEL FIN

También son CONCHUDOS algunos periodistas que vociferan contra la corrupción y, al mismo tiempo, se ponen al servicio de los gobernantes a cambio de “mermelada”.

Comenzaron las campañas políticas con una gran cantidad de CONCHUDOS disputándose el poder en Colombia. Seguiremos siendo sus idiotas útiles o despertaremos y les diremos ¡YA NO MÁS!