29 de marzo de 2024

La minería, otro paraíso fiscal

Por Marco Aurelio Zuluaga
9 de agosto de 2017
Por Marco Aurelio Zuluaga
9 de agosto de 2017

Marco Aurelio Zuluaga

Desde hace once años, la compañía surafricana AngloGold Ashanti, venía explorando la zona entre el Parque Nacional de los Nevados y el nevado del Tolima, en la cuenca del río Coello en el municipio de Cajamarca, para explotar la mina de oro la Colosa por treinta años, que se convertiría en la mayor productora en Colombia y la mina de cielo abierto más grande en Suramérica.

Lo anterior llevó a que los habitantes de Cajamarca, al amparo de la Constitución Nacional,  convocaran a una consulta popular sobre la explotación o no de la mina. Días previos a la consulta se dieron discusiones sobre la conservación del medio ambiente, la protección del agua limpia y la seguridad alimentaria; también, sobre los beneficios económicos y sociales de esta actividad; se reveló  un estudio de la Contraloría General de la República en el que se afirma que en la mayoría de los casos, la calidad de vida de los habitantes en zonas de explotación minera como Guajira, Chocó y Casanare, no mejoró y por el contrario se acentuó su retraso en comparación con otras regiones. El 98% de los votantes dijo NO a la explotación. En Pijao Quindío y Arbeláez Cundinamarca pasó lo mismo.

Lo acontecido en Cajamarca se va repitiendo a lo largo y ancho de todo el país, pues las comunidades en las cuales se asientan estos yacimientos tienen más frustraciones y miseria que éxitos y futuro. En el ámbito nacional el tema tampoco es claro y alentador, pues expertos en la materia afirman que Colombia es el paraíso fiscal de la minería en América, consecuencia de los subsidios que recibe esta industria, convirtiéndola en otra riqueza oculta de nuestra Nación.

Este delicado asunto no se debe atender desacreditando con verdades a medias y mentiras las decisiones tomadas en las consultas populares, tampoco con iniciativas legislativas que limitan la participación ciudadana, ni ignorando por parte del Gobierno Nacional el impacto que sobre la hacienda pública y los ingresos de la Nación tiene el actual modelo de contratación.

Todo lo anterior invita a plantear una discusión pública y franca, que responda entre otras a las siguientes preguntas:   – Por qué las regalías mineras en Colombia son las más bajas del continente? – Por qué la explotación minera no cumple a cabalidad las exigencias, requisitos y normas de buenas prácticas que se cumplen en otros países?  -Cuál es el costo fiscal de los privilegios tributarios? – Por qué se autorizó deducir las regalías de los impuestos?

La cíclica y actual crisis de los precios internacionales, el modelo de contratación y la manifestación ciudadana a través de las consultas populares, son la oportunidad para que, terminada la guerra con las FARC, se aborde esta discusión como un tema central en la próxima campaña electoral, con miras al ajuste de estos contratos, buscando nuevos recursos para la construcción de una paz estable y duradera.

9 de Agosto de 2017