19 de abril de 2024

Voto en blanco, contra la corrupción

7 de diciembre de 2016
Por Jorge Enrique Giraldo Acevedo
Por Jorge Enrique Giraldo Acevedo
7 de diciembre de 2016

Por: Jorge Giraldo Acevedo.

jorge enrique giraldoEn vista que ha quedado demostrado en forma fehaciente que la corrupción en Colombia es una empresa criminal y en ella se encuentran comprometidos muchos de los actuales políticos nacionales la única defensa democrática del ciudadano corriente es votar en  las próximas elecciones en blanco.

El sufragio del constituyente  primario, se constituiría en la mejor decisión democrática y sería la mejor gestión revolucionaría por  parte  de la ciudadanía, tal y como lo ha aseverado el expresidente de la Corte Constitucional, Jaime Araújo Rentería, una de las caras más visibles en pro del voto en blanco.

El voto en blanco es la oportunidad que todos esperábamos para transformar en solo dos días la historia del país.
La inmoralidad y las desigualdades sociales y económicas, son los más  graves y  grandes problemas de Colombia. Como son tantos los casos de inmoralidad les invito a que analicemos los datos de la Refinería de Cartagena, «Reficar»; el costo inicial del proyecto fue de US$3.993 millones, pero saltó a US$8.016 millones, lo que muestra un sobrecosto de US$4.023 millones.

Durante más de 60 años hemos dirimido las diferencias a través de la violencia y ahora, por primera vez, los colombianos tienen en sus manos un instrumento pacífico para cambiar nuestras costumbres políticas; el voto en blanco es la herramienta real para que las personas que están indignadas con la corrupción, la politiquería, los falsos positivos, las chuzadas, el desempleo o la falta de oportunidades puedan construir una sociedad en paz, con mayor justicia social y disminución real de las desigualdades económicas y sociales.

El voto en blanco es  el único instrumento de paz y  democrático. En solo dos días, en las  próximas jornadas electorales y sin necesidad de esperar 20 o más años es posible barrer con toda la clase política tradicional de Colombia. Esto porque está establecido que si el voto en blanco saca un voto de más de la lista más votada para Senado o para Presidente, las elecciones se tienen que repetir, pero no se podrán volver a presentar los mismos candidatos que hayan sido derrotados por el voto en blanco.

Por eso, el voto en blanco es una revolución pacífica, un mecanismo para canalizar tanto inconformismo que hay en el país por la creciente inmoralidad y las desigualdades sociales y económicas; es un medio para renovar la clase política trolera. que afecta a la población colombiana.

Así se abriría el camino democrático a un gran pacto social entre todos los sectores para construir una sociedad más igualitaria y con más derechos.Para acabar con la corrupción como empresa criminal el único medio esta a la vista por la aplicación de la vigente Constitución Política de Colombia. La norma de la «Carta Magna» establece en el parágrafo  1o. del Artículo 258, sobre el voto como un  derecho y  deber ciudadano, que «Deberá repetirse por una sola vez la votación para elegir miembros de una corporación pública, gobernador, alcalde o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, cuando los votos en blanco constituyan mayoría absoluta en relación con los votos válidos. Tratándose de elecciones unipersonales no podrán presentarse los mismos candidatos, mientras que en las de corporaciones públicas no se podrán presentar a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral».
Las  personas que nos identificamos con el  el expresidente de la Corte Constitucional, Jaime Araújo Rentería, somos conscientes que para que  el voto en blanco surta los efectos legales en Colombia es muy importante la colaboración de todos los medios de comunicación del país.

Lo más importante es concientizar a la mayoría de las personas aptas  para votar  en las  próximas jornadas electorales sobre  los alcances legales del voto en blanco tal y como lo  estableció la Constitución Política de Colombia, que está  vigente desde el año 1991.

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