29 de marzo de 2024

LA AGRESIÓN AL PLANETA

14 de diciembre de 2016

Dice Oscar Amaury: “De prosperar el retorcido propósito de implantar minas de todo tipo: a cielo abierto, subterráneas, pequeñas, grandes, o en cualquiera de sus modalidades se convertirán en la hoz mortuoria que por los años de los años desangrarían la tierra. En el Departamento del Tolima, la desgracia se pasea en todo el territorio sustrayendo recursos naturales, o como en el caso de la compañía Anglogold Ashanti, esperando agazapada para realizar operaciones”

Pero la amenaza no proviene solamente de la explotación minera, que viene produciendo rechazo de amplias capas de la población en el tolima, en el Cauca y en regiones que hasta hace poco eran verdaderos santuarios de fauna y flora como el Parque Natural de Chibiriquete, lugar en donde se filmó uno de los documentales más bellos sobre nuestras riquezas naturales, sino que también de la explotación madera que se va a intensificar el el Chocó debido a la licencia ambiental que se le ha concedido a una compañía canadiense.

Muchos son los interrogantes que en este momento nos asaltan: cómo es posible que puedan ingresar tanta cantidad de retroexcavadoras, transitar tranquilamente por el territorio nacional e incluso lleguen a zonas en donde no existen carreteras. Pareciera que nadie ve nada, que nadie controla. Eso, por ejemplo, lo hemos experimentado en el caso de maquinarias que tienen presencia en el departamento de Risaralda, concretamente en Pueblo Rico en donde se ha venido contaminando el río Ágüita, un bello y cristalino río que se encuentra en Santa Cecilia.

Algo parecido viene ocurriendo en Quinchía, donde se han venido ampliando las exploraciones de oro en lo que se ha llamado la minería ilegal. Y por último, también existe una preocupación por lo que podrá ocurrir, una vez que la guerrilla abandone aquellos lugares de la selva que tradicionalmente venían ocupando. ¿Llegarán nuevos actores a copar sitios en donde se continuará realizando explotación minera?. Se producirá, como es previsible, la deserción por parte de algunos guerrilleros, del proceso de paz, para continuar realizando explotación minera y de cultivos de coca? Todos estos interrogantes se irán despejando poco a poco y es de esperar que las fuerzas armadas puedan, comenzar a enfrentar este flagelo de la minería y de la explotación maderera que amenaza el equilibrio ambiental.

En medio del problema de la refrendación de los acuerdos de paz, de los asesinatos de niños, de las inundaciones, bueno es también pensar en otros problemas que nos aquejan y constituyen enormes amenazas.