29 de marzo de 2024

La convención de los mermelados

28 de noviembre de 2016
Por William Calderón Zuluaga
Por William Calderón Zuluaga
28 de noviembre de 2016

LA BARCA DE CALDERÓN

William Calderón Z.

calderon williamSe limitó solamente a la elección de unos mermelados  miembros del Directorio Nacional Conservador la Convención del Partido celebrada el domingo 27 de noviembre.

El evento no tomó las determinaciones que se esperaban en torno a los grandes temas nacionales; las relaciones con el Gobierno y las reglas de juego en la campaña venidera.

El yerno de Cesar Gaviria

Una Convención presidida por David Barguil Asis (yerno del estadista de Dos Quebradas Cesar Augusto Gaviria Trujillo) quien abrió la sesión sin orden del día. Para los desprevenidos observadores, Juan Camilo Restrepo parecía en su intervención un ministro del Gobierno bolivariano de Juan Manuel Santos; la presencia de Alvaro Leyva fue desautorizada por considerarlo “un infiltrado de las Farc”  por el Senador Jorge Hernando Pedraza, quien exigió su retiro del recinto.

La guachafita azul

La guachafita protagonizada por 5.500 convencionistas se inició en las filas de acceso al encuentro, cuando don Juvenal, el hermano del ex presidente Belisario Betancur afrentó al emblemático senador Roberto Gerlein con improperios salidos de tono. C

Cuando el presidente de la magna asamblea, David Barguil, tomó la palabra, empezaron los abucheos en un ruidoso espectáculo propio de las corralejas de pueblo. A los convencionistas poco les importó el dolor expresado por la ex candidata  Marta Lucia Ramírez; el esperado discurso del ex procurador Alejandro Ordóñez no se escuchó debido al  desorden provocado por el pugilato verbal entre los amigos de «Cereteto» Barguil y los seguidores de la Señora Ramírez de Rincón.

A los que si escucharon

A los únicos que no abuchearon fue al ex gobernador vallecaucano Ubeimar Delgado Blandón y al ex presidente de la Corte Suprema, Francisco Ricaurte Gómez, quienes intervinieron como precandidatos presidenciales. Cuando tomó la palabra el también precandidato Pablo Victoria la gente ya estaba distraída buscando el almuerzo y la mermelada como postre y aperitivo  para proceder a sufragar por el candidato del contratista de turno.

Espectáculo lamentable

Este fue el más doloroso y penoso  espectáculo de un partido que naufraga en el océano con las luces encendidas:  Sin Orden del día y sin plataforma ideológica. Sin ningún pronunciamiento de fondo.

Asi fue, más o menos, la Convención de los contratistas, con notorias excepciones. Se ultrajó la memoria del gran Partido Conservador el de la irrepetible Escuela de “Los Leopardos”, el mismo de los inolvidables caudillos de la talla Ospina, Laureano, Guillermo León, Álzate Avendaño, Londoño y Londoño y Misael Pastrana Borrero