20 de abril de 2024

Discriminaciones por doquier

28 de noviembre de 2016
Por Ricardo Tribín Acosta
Por Ricardo Tribín Acosta
28 de noviembre de 2016

Por: Ricardo Tribín Acosta

Ricardo TribinCuentan las buenas lenguas que en una ocasión alguien, viendo el trabajo con la gente desvalida de la madre Teresa de Calcuta, le expresó, con cierto tufillo de asco por esas personas enfermas: Sabe qué? Ni por un millón de dólares le daría la mano a un leproso de estos. La santa y abnegada mujer le respondió: Ni yo tampoco. Solo lo haría por amor a Dios y al prójimo. Esta lección nos enseña cuan acentuada es la discriminación en el mundo de hoy. Si eres de una determinada raza, pues te rechazan algunos de los que no pertenecen a ella. Si no hablas una lengua extranjera o lo haces con mucho acento y vives en ese sitio donde la misma se utiliza, otros te miran con enojo e incluso, aunque hables despacio y bien, cierran totalmente su mente y no te entienden.

Discriminaciones de sexo, preferencias, clase social, posición económica, religión, cultura y de cualquier otra índole, las hay por doquier. Incluso cuentan un chiste de que en las historias del tan conocido Llanero Solitario hay una anécdota jocosa en la que el y el indio Toro avanzan por una llanura cuando de pronto el vaquero del antifaz mira para los lados y ve indios por todas partes. Se dirige entonces a su amigo y le dice: Toro, estamos rodeados de indios. El otro lo mira con aire despectivo y le contesta: Rodeados es mucha gente “carapálida” horroroso. Esta historia, no condensada en los cuentos antes publicados mas si narrada con sorna por algunos, confirma el aserto de que el solo hecho de no ser como los otros, de inmediato despertará más de una incomodidad la cual, según sea el caso, desatará en oportunidades tormentas de rechazo, injustas e innecesarias.