28 de marzo de 2024

Todo sucede por un motivo

7 de octubre de 2016
Por Ricardo Tribín Acosta
Por Ricardo Tribín Acosta
7 de octubre de 2016

Por: Ricardo Tribín Acosta

Ricardo TribinEsta es la historia de un ejecutivo que se entregó de lleno a instalar una compañía multinacional en una ciudad, trayéndola de otra ubicada más al norte, proceso que implicó mucha logística, adaptación operativa, personal, instalaciones, comunicaciones, y en fin un sinnúmero de actividades que, un cambio de magnitud como este, representaba para la empresa. El movimiento llevó a trasladar algunos empleados de la ciudad anterior, a contratar nuevos, y a hacer un esfuerzo muy grande para que el proceso, no solo no fuera traumático, sino que a la vez le generase pronto una productividad mejor a la compañía. Cuando todo terminó a su Gerente General lo cambiaron por otro, que a su vez venia de la misma empresa desde otro país y allí tenía su propio equipo de gente. Y que pasó? Pues algo común, cuando el poder entra en juego.

El ejecutivo inicial, que era el Gerente Operativo, al comienzo le asignaron una función en otra parte, aburridora y tensa cual más y allí lo tuvo el nuevo Gerente General por más de tres meses, tiempo el cual aprovechó para instalar en el puesto del otro a un compinche suyo. Cuando el primero regresó de su desagradable misión, ya no encontró su puesto y el Gerente, para no despedirlo, lo pasó de la  parte operativa a la financiera donde lo nombró Gerente. A este no le gustó para nada el cambio pero se adaptó y empezó a aprender lo mejor relacionado con su nueva posición que poco conocía. En el proceso, sin querer queriendo, aprendió un nuevo oficio.

Tiempo después llegó otro Gerente General, colmado de olivos, y este quiso sacar del todo, al antiguo Gerente Operativo, ahora Financiero, y luego de incomodarlo por doquier lo despidió. Este joven se quedó sin puesto de la noche a la mañana y tuvo que salir como muchas personas a buscar trabajo. Para su sorpresa logró pronto conseguir una posición, no tan bien remunerada, en otro lugar donde precisaban un Financiero, para meses más tarde ubicarse muy bien y con magnífico salario como Gerente Financiero de otra compañía internacional, esta inmensamente grande.

Y cual es la conclusión de todo esto? Pues que cuando tengamos dificultades tales como: perder el trabajo, o irnos mal en un negocio, e incluso acabar con una relación afectiva o de amistad, no tenemos porque desesperarnos pues Dios, al ver cerrada una puerta, siempre nos abrirá otra y, si tenemos paciencia, perseverancia y mucha fe, existen grande probabilidades de que esta nueva oportunidad sea muchísimo mejor que la que antes teníamos.