28 de marzo de 2024

Que no pare la fiesta.

25 de agosto de 2016
Por Esteban Jaramillo
Por Esteban Jaramillo
25 de agosto de 2016

Por Esteban Jaramillo Osorio

Esteban JaramilloSe llevan mejor con el ego los deportistas aficionados que los profesionales. Son seres que transpiran simpatía y amabilidad y  no se creen dioses. Son  fuente de inspiración por sus  habilidades y sus triunfos y tienen un vinculo intenso, especial, con el pueblo. Nadie para la fiesta de estos deportistas, después de sus medallas, habituados como están a regresar, con el paso del tiempo, a la vida rutinaria, donde les esperan largas, silenciosas y exigentes jornadas de entrenamiento, con ayudas económicas en duda por parte del estado, empeñado en reducir los recursos de apoyo, como si lo visto y lo vivido no tuviera un gran precio.

Son la visión positiva del país. Sus sueños no tienen limites y así lo dan a conocer con  resultados,  declaraciones y proyectos, los que no empañan con el narcisismo típico de tantos futbolistas.

Que placer ver y escuchar a Mariana y Caterine, antes y después de sus preseas doradas. Son un canto a la humildad sin sumisión por la felicidad  que contagia.

Privilegiados son los jugadores de fútbol. Mimados todo el año por el pueblo que eleva la temperatura ante cualquier evento. Son esclavos de oro, con sueldos que bordean la indecencia, en un ir y venir por el mundo, con mas ruido que victorias, con fastidio en las respuestas prefabricadas, de mal  humor la mayoría de las veces.

Tienen los campeones olímpicos el riesgo del olvido. Ídolos del momento, pasan de la euforia al silencio por culpa de la prensa que  desconoce, con el paso de los años, la proporción de lo vivido .

Pero , dejemos de lado las banalidades futboleras de ciertos artistas asfixiados por la fama y hagamos esta fiesta olímpica interminable. Sin duda, nuestros deportistas, héroes de canchas y pistas,  motor de impulso de la felicidad del pueblo, se la merecen.