28 de marzo de 2024

Un encuentro con el caradura

4 de julio de 2016
Por Ricardo Tribín Acosta
Por Ricardo Tribín Acosta
4 de julio de 2016

Por: Ricardo Tribín Acosta

Ricardo TribinDicen que si alguien afirma que nos parecemos a un caballo no le prestemos atención, pues podría ser un insulto. Si luego nos encontramos con otra persona y ella nos trata de caballos, pues dudemos de esa nueva apreciación y sigamos para adelante. Ya cuando una tercera opinión nos expresa lo mismo, pues no queda sino una sola alternativa “Ponernos una montura y salir a cabalgar”. De otra parte si antes de las once de la mañana ya hemos visto tres personas que catalogamos como desagradables o sencillamente de caraduras, lo más posible es que el cuarto individuo con tal característica sea precisamente uno mismo.

Otros hablan de que “No hay peor ciego que aquel que se resiste a ver la realidad”, término popular que junto con los asertos anteriores recuerdan con excelencia una de las manifestaciones más arraigadas en los seres humanos y esta es que cuando veamos la realidad enfrente y no la queramos aceptar, entraremos en una simple y llana actitud de negación.

Algunos expertos en psicología coinciden en afirmar que, cuando observamos en otro individuo alguna actitud que no nos gusta y reaccionamos externa o internamente ante ello, resultará bien probable que pertenezca a algo que nosotros hacemos y que no hemos querido aceptar. Lo complicado de esto es que, como nuestro ego piensa que somos perfectos y que jamás nos equivocamos, entonces el convencernos sobre la necesidad de hacer un cambio nos resultará a veces bastante difícil y para lograrlo tendríamos que estar dispuestos a escuchar la opinión de otros, y con una sincera introspección, decidirnos a modificar nuestros comportamientos negativos.