29 de marzo de 2024

CORRUPCIÓN Y FUNDAMENTALISMOS RELIGIOSOS

27 de julio de 2016

Alguien decía que campea la corrupción en Colombia porque los partidos políticos perdieron su norte, su fundamentación ideológica. En cambio, añadía, en países como Inglaterra existen dos partidos muy fuertes como el Conservador y el Laborista. A ello podríamos agregar que también en los Estados Unidos hay Demócratas y Republicanos agrupados alrededor de partidos muy fuertes y mayoritarios. Pero si examinamos el caso de Colombia, bien vale la pena preguntarnos las razones por las cuales los partidos se fragmentaron y se convirtieron en agencias electorales que permiten llegar al poder para disponer de ingentes recursos públicos que van a parar a manos privadas.

Basta con mirar de una manera somera lo que está ocurriendo en el campo de la salud, en las Altas Cortes, en los transportes para darnos cuenta que la corrupción ha invadido todos los espacios públicos y privados e una manera alarmante. Dicho de otra manera, los partidos se debilitaron por la corrupción y muy especialmente a partir del momento en que el café entró en crisis y el narcotráfico entró a convertirse en una actividad de enorme rentabilidad.

Pero si miramos el panorama a nivel internacional, tampoco es halagador en la medida que el fantasma del fundamentalismo religioso cobra centenares de víctimas sin que se vislumbre un cercano final para esta situación. Se podrá decir que el mundo árabe y en especial el Estado Islámico sustentado por los yihadistas  le está pasando la cuenta de cobro a los países que en su momento se repartieron el antiguo Imperio Otomano y ejercieron sobre esos territorios un poder absoluto después de la segunda guerra mundial. Sin embargo ello no basta para explicar las crecientes enfermedades mentales que padecen muchos jóvenes, entre ellas la depresión. Habría que indagar sobre el papel que juegan las nuevas tecnologías en los procesos de aislamiento del entorno inmediato porque ello debe tener una incidencia importantes en algunas conductas, para las generaciones anteriores, inexplicables.

Bien vale la pena que haya mucho más estímulo para la investigación en el campo social, porque finalmente hay unas enormes inversiones en lo que tiene que ver con ciencia y tecnología mientras que las investigaciones que tratan de explicar las razones del actuar humano en esta época convulsionada, son absolutamente marginales. Muy difícil predecir el futuro desde el punto de vistas de la actuación humana, del destino de los países y del Universo, pero mucho más difícil entender que no haya suficiente interés por analizar las razones por las cuales a mayor desarrollo de la tecnología, de la ciencia, aparece más y más violencia. Estamos educando máquinas productivas pero seres humanos carentes de solidaridad que viven en un ambiente de guerra permanente.