28 de marzo de 2024

COREA, NUEVO DESTINO

18 de julio de 2016

Con la entrada en vigencia del TLC con Corea del Sur se abren nuevas oportunidades de exportación para el aparato productivo colombiano. La agricultura tiene mucho por ganar.

Luego de un largo y controvertido proceso de negociación y aprobación, el pasado viernes se puso en marcha el Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur. No obstante los temores que en un principio este suscitó entre diversos sectores económicos, finalmente se alcanzó un acuerdo que debe resultarle favorable al país.

En particular, el sector agropecuario, que en las negociaciones de otros TLC ha mostrado su oposición y descontento, en esta ocasión reconoce que la nación asiática representa una gran oportunidad para la diversificación de las exportaciones agrícolas.

En el caso de Corea del Sur hay dos factores que facilitan la entrada de la oferta alimentaria y agroindustrial proveniente de Colombia.

De una parte, se trata de un país que tiene una disponibilidad de tierra con vocación agrícola muy limitada, lo que hace que la producción interna de bienes agropecuarios sea deficitaria. Por tanto, para satisfacer las necesidades y las demandas alimentarias y agroindustriales de los hogares debe recurrir a las importaciones.

De otra parte, como se trata de una población de un tamaño relativamente importante (cerca de 50 millones de personas) con un ingreso per-cápita alto (casi 40.000 dólares anuales) no solo se demandan bienes básicos sino que se requieren productos de alto valor (como las flores frescas y las frutas exóticas) y con mayores niveles de transformación (trozos sazonados y congelados de carne de pollo).

De allí que diversos productos agrícolas y pecuarios que se producen en nuestro país, como son el café, el cacao, las pulpas de fruta, el chocolate, los lácteos y la carne de res, de pollo y de cerdo, tienen un alto potencial de exportación.

Pero, según ProColombia, las oportunidades no se limitan a los productos agropecuarios (actividad que sin duda debe convertirse en ganadora neta con el TLC con Corea del Sur), sino que otros sectores, como el industrial, tienen también la posibilidad de desarrollar una oferta exportable de cierta importancia.

Entre las actividades industriales con potencial se encuentran los cosméticos, los dispositivos médicos, los productos para la salud y la marroquinería.

Aunque durante la fase de negociación del Tratado las industrias automotriz y de electrodomésticos se mostraron recelosas en razón a que los correspondientes pares de Corea del Sur son potencia a nivel mundial, finalmente se ajustaron a cronogramas y condiciones que facilitan el desarrollo de sus capacidades hasta que las importaciones coreanas entren sin arancel.

Hasta ahora, Colombia no ha sabido sacar mayor provecho de los tratados comerciales que ha firmado, por ejemplo, con Estados Unidos y la Unión Europea. En este sentido los avances en materia de penetración comercial son aún muy magros. Ello a pesar de tratarse de los principales mercados a nivel mundial.

El país no debe perder de vista que la región Asia-Pacífico constituye un bloque de países en crecimiento y con un inmenso potencial de consumo e importación de diversos bienes. En este orden de ideas, el vínculo con Corea debe convertirse en la forma como se avance en la conquista de dichos mercados.

Pero para hacer realidad los potenciales de exportación que ofrece el TLC con Corea del Sur, es necesario que, con el liderazgo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el apoyo del Ministerio de Agricultura, se impulsen las políticas y las acciones que aseguren la pronta concreción y ampliación de la oferta exportadora hacia esa nación.

EDITORIAL/EL COLOMBIANO