18 de marzo de 2025

Para que nada nos separe que nada nos una. Neruda

4 de mayo de 2016
Por mario arias
Por mario arias
4 de mayo de 2016

Por: mario arias gómez

El incansable y talentoso Arturo Yepes, calificó el ajuste ministerial en sintonía con la provincia. Político pacientemente horneado por “doña Elvia”, quien vivió la bonanza y privación, el éxito y derrota, el acíbar de la violencia. Con discreción, entrega, laboriosidad y humildad, levantó sus 13 hijos, a los que ayudó a labrar su destino atado umbilicalmente al “Poder del Pueblo”. Indeleble fue su desvelado pedaleo en la máquina de coser -soporte económico-, las serenatas con el finado Fernando, el insomne trabajo político, olvidado por el primogénito que malversó la heredad, cuya soberbia lo condujo al extremo de echar de la casa política, al Benjamín amado en el que tenía puestas doña Elvia todas sus complacencias. Desairada madre que imagino lo que debe sentir aún en el más allá. Desazón causada por el caprichoso y desagradecido hijo mayor, llevado al pináculo de la fama desde donde disparó contra la unidad familiar.

Dolor curado por Arturo al tutelar el cambio de molde de inequidad social -enseña de su madre- por un mundo más justo en la repartición de las oportunidades y riquezas en las que se empeña en forma obsesiva. Contrasentido e incoherencia que generó su ¡despertar! y el consecuente ¡basta! que lo llevó a otear nuevo horizonte en busca de forjar su propia identidad, distinta al mayorazgo que -a propósito- en los ajustes ministeriales solo lo afanaba regatear la cuota en el reparto de la podredumbre, que ahora llama “asqueante política predominante” -Sic- la que ayudó -como nadie- a acampar. Degradación política, económica y moral que tiene a Caldas bajo la Ley 1564/12.

Liberado Arturo del lastre del “Robo a Caldas”, su afán ha sido paliar la insolvencia de los municipios, gestionando la millonaria inversión allegada, en la que prioriza el “Medio ambiente” -degradado por la codicia y egoísmo de muchos-; el “cambio climático”; el “maltrato animal”. Política distante a la ejecutada por el destronado jefe -con piel de cordero-, cuyo descrédito nadie pone en duda, como duda genera su envidiado patrimonio, aligerado en el reciente atraco. “Lo que por agua viene por agua se va”. Tragicómica comedia del encantador de serpientes que en su delirio se creyó, Bolívar redivivo.

Cuento que urdió su panegirista que ignora que sus palabras siempre fueron por un lado y las acciones por otro, que hizo lo opuesto a lo predicado, que dio dos pasos atrás y uno adelante. Patraña que desenmascara “Un Bobo vivo”, cuya realidad supera la ficción -lugar común insustituible-. Novela escrita por su hipnotizado, idiotizado y avergonzado ‘Bobo útil’ que por años sirvió de cómplice de la fosilizada antigualla, cuya gravosa ineptitud y viudez de poder irremediable, lo tiene dando bandazos y cabriolas. Amenaza ‘post mortem’ “entregar nombres” de los “mamados” de ser explotados. Increpa: “Si el gobierno se empeña en desconocer al Directorio Conservador -clamorosamente  ignorado- rompiendo las relaciones institucionales que aconsejan las normas políticas, la jerarquía del partido debe tomar nota, oficiárselo a las bases conservadoras y emprender una campaña que corresponda a ese desafío”. -Sic- Ultimátum que nos recuerda a una gran mujer de la literatura, Margarite Yourcenar, quien dijo: “Hay seres humanos con víboras en su corazón”. Sobra decir que hablo del “expatrón”.

Como avejentado convencionista, increpo: ¡Basta ya de farsas! El alzhéimer no consiste en perder la memoria sino en no recordar que se ha perdido. El hecho de que hayamos compartido los mismos vicios no convierte esos vicios en virtudes, enseña el sicoanalista Erich Fromm. Nuestro insensible verdugo, penado con el ostracismo, forjó el más infame desencanto. Sin ápice de vergüenza, intenta sutilmente -bajo la amplia túnica de hipocresía, mentira y vileza- herir a traición con su autorretrato, trufado de ingratitud, fariseísmo, engaño y olvido. Leo: “Nunca se aprende a conocer a fondo al ser humano. Por eso se es víctima de desafectos, desafueros, deslealtades, traiciones, ingratitudes, y todo aquello que retrata al hombre en su gigantezca pequeñez” (gigantesca doctor). Antipatía, distancia y cólera súper bien ganadas.

Retomo el hilo. Al “gabinete para la paz y el postconflicto”, llegan expresiones y voces políticas distintas que abanican al gobierno en momentos que cae su imagen; valores humanos de perladas virtudes y merecimientos, con intachable hoja de vida. Bocanada de aire fresco que recibe el Presidente y lo ponen -en buena hora- en sintonía con el país. Líderes probados, con amplia trayectoria en la academia, el foro, el sector público, como Elsa Noguera, Jorge Londoño, Jorge E. Rojas y Clara López, nacida en cuna de oro, descendiente de presidentes y el pintor Alejandro Obregón. Economista “Magna cum laude” de la U. Harvard, abogada de los U. Andes, candidata a doctorado de la U. de Salamanca. Secretaria Económica de la Presidencia, Contralora Distrital, Presidenta del Concejo, Auditora general de la Nación, Secretaria de Gobierno; Alcaldesa Mayor. Candidata presidencial (1’958.414 votos), a la Alcaldía por el Polo, U. Patriótica y MAIS. Al lado del esposo, el legendario dirigente izquierdista, Carlos Romero, elaboró su carrera al lado de los pobres, desvalidos y excluidos.

Conciencia social que inspira a Arturo Yepes, llevándolo a ayudarla con sus no pocos amigos en Bogotá, alejado del escabroso y codicioso corazón del hereje hermano que no tiene reposo, mudado hoy a teólogo. Coincidencia que es fácil  de percibir en esta reflexión que dirigió a su gente: “sobre la política que hacemos los conservadores de la “Alianza para el Progreso”, que básicamente es al servicio a los demás, sin interés distinto a mejorar la condición de vida de nuestros paisanos, preocupada más por la felicidad en el andar que por las ambiciones en la meta… No sabemos qué nos deparará el futuro, pero si sabemos que un presente lleno de servicio, de buenas maneras, de buscar la  gente más sincera, más humilde, más amable para ayudarles a mejorar su vida, nos hará más felices. El futuro no está escrito, cuando llegue bienvenido sea, por lo pronto, la placidez de servir, de ser útiles y lograr que así sea, en cosas mínimas o en asuntos muy importantes, como salvar una vida a través del servicio médico; como ayudarle a conseguir un trabajo -que lo necesita de urgencia- a quien es el soporte económico del hogar, nos hace sentir plenos, porque estamos dándole felicidad a los demás. Síntesis que define la profunda brecha social que lo separa del nada fraterno y errático basilisco en comento.

 

Bogotá, mayo 4/2016