Viajó el último de los grandes de la música tropical
Por Hernán Gómez M.
Hoy me embarga un gran sentimiento de tristeza por la partida del maestro Guillermo González Arenas, quien era el último de los grandes de la música tropical colombiana que nos quedaba, después del viaje sin retorno de otras eximias figuras como Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Edmundo Arias, y José Barros.
El maestro Guillermo González Arenas (no confundirlo con su paisano Guillermo González Ospina, autor del famoso pasodoble «Feria de Manizales») nació en Manizales el 22 de septiembre de 1923, y ya en su adultez fue músico y director de varias orquestas en su ciudad natal.
Se radicó en esta ciudad de Medellín a mediados de los años 50, y se trajo de su Manizales del alma a la gran orquesta Italian Jazz, entre cuyos integrantes estaban los hermanos Lerzundi, oriundos de Italia, y esta fue la razón de ese nombre.
La Italian Jazz fue la orquesta de planta del ahora desaparecido Club Medellín, y allí animó incontables veladas musicales que algunos de nosotros disfrutamos, con su inconfundible estilo, donde sobresalía el percusionista y cantante Daniel Rodríguez, también fallecido recientemente.
El maestro Guillermo era un gran intérprete de la trompeta, aunque también tocaba diversos instrumentos de cuerda como la guitarra, la bandola, y el tiple; fue arreglista de algunas disqueras y director artístico de Sonolux.
«El muerto vivo» (no estaba muerto, estaba de parranda), que fue grabada por el cubano Rolando La Serie , y el español (catalán) Joan Manuel Serrat, entre otros, y «Juan Onofre» (¿dónde están los pajaritos?) ,porro que estuvo guardado en los anaqueles de Sonolux por espacio aproximado de 30 años, hasta que a alguien se le ocurrió la idea de «desempolvarlo», y grabarlo en la voz del ceretense Noel Petro, convirtiéndose de inmediato en un rotundo éxito para la disquera.
Al maestro González se le había hecho un homenaje en las instalaciones de Censa (local que antes ocupó el Club Medellín) el día 29 de Noviembre de 2014, promovido por el cantante y empresario Óscar Velásquez, y animado por el conocido médico y musicólogo Alberto Burgos Herrera.
Al homenaje que se le rindió en Censa en Noviembre de 2014 no me fue posible asistir, debo confesarlo, por razones de índole económica, ya que entonces (lo mismo que ahora) no me encontraba laborando, y hace unos cuantos días había programado, tanto con el maestro, como con su esposa doña Nora Obando, en hacerle una nueva visita en esta semana, para, entre otras cosas, encargarle un arreglo musical a una obra mía dedicada al maestro Lucho Bermúdez, pero, la implacable parca se me atravesó y llegó a visitarlo antes que yo, el día de ayer.
Quiero que lo recordemos con tres obras suyas: