THE MUSEUM OF POLITICAL CORRUPTION
Albany en el Estado de Nueva York es el epicentro de la putrefacción moral en los EE.UU. Un profesor de música, entre pícaro y burlón, propuso que, con esa fama vergonzosa y para incentivar el turismo, se creara allí The Museum of Political Corruption. Algo parecido debiera hacerse en Argentina para estampillar con un inri los escabrosos disimulos inventados por los presidentes Kirchner para esconder sus latrocinios contra el erario nacional.La certeza de una improbidad sin límites, ha sido delatada por los medios de comunicación que, a cada mañana, sorprenden con nuevas denuncias. En abril, Cristina Kirchner debe rendir indagatoria.
El precipicio de la inmoralidad tiene nombre : Lázaro Báez. Este sujeto, sin ser ingeniero, montó la empresa “Austral Construcciones” que, por secretas maromas criminales con Néstor y Cristina Kirchner, fue favorecido con el 80% de las licitaciones estatales y copó a su favor el 11.6% del presupuesto de Vialidad Nacional. No solo eso. Con la presidenta Fernández, comparte terrenos y sociedades. No solo eso. Los kirchner son dueños en el Departamento Santa Cruz de una red hotelera que manejó el accionista Báez. Para lavar dinero mal habido llevaban un registro de ocupación del 100 x 100, comprobando ahora los investigadores que éstos permanecían casi vacíos.No solo eso. El demoledor periodista Jorge Lanata denunció cómo Báez introdujo de Uruguay a Argentina, clandestinamente, 3 millones de dólares. Pero también Báez sacó 55 millones de euros vía Uruguay y cómo la justicia le bloqueó 22 millones de dólares depositados en bancos suizos. No solo eso. El noticiero Telenoche de Buenos Aires mostró,con evidencias fotográficas, a Martín, hijo del privilegiado bacalao, contando, en un socavón, 15 millones de dólares. No solo eso. Cristina Kirchner comparte con su ricacho consentido un condominio de más de 80.000 metros.
Hasta la saciedad los argentinos están convencidos que los Kirchner fueron unos mandatarios de fraudulencia sin límites. Bufonescos en los despliegues, acaparadores dolosos de los dineros públicos, arquitectos para edificar sobre la podredumbre, amigos de la caverna, socios de pirañas humanas.
Marcos Aguinis ha escrito un libro que devoran los argentinos : “!Pobre Patria mia!”.
Buenos Aires, abril, 2.016.