29 de marzo de 2024

LO QUE CALLAN LO SANTISTAS Y LO QUE OLVIDAN LOS URIBISTAS

13 de abril de 2016

Mientras padecemos la paquidermia de un Sistema de Salud diseñado muy especialmente para que las entidades privadas que actúan como operadoras y se queden con los recursos que en el papel deben ser invertidos en los pacientes; mientras observamos impávidos cómo circula el dinero a borbotones en vehículos que aún siguen rodando con matrícula oficial; mientras se destapan sobrecostos me miedo en algunas obras de entidades del Estado; mientras todo ello sucede, pareciera que los medios de comunicación sólo tienen ojos y oídos para ver y oír lo que dicen el presidente Santos y el expresidente Uribe.

Así las cosas, todo se centra en el proceso de paz, en donde los santistas han puesto todas sus esperanzas y los uribistas lo ven como una amenaza para el país, pero por sobre todo para su movimiento político, basado en lo fundamental en la guerra a muerte a la guerrilla.

Y ahora resulta que el doctor Uribe sale en defensa de los campesinos despojados de sus tierras, cuando en su momento, cuando se encontraba al frente de su gobierno, lo que hizo fue apoyar a los grandes propietarios de tierras, otorgándoles grandes sumas de dinero para que tecnificaran la producción. ¿Y los campesinos pobres? Pues, la lógica uribistas es: que trabajen para los ricos. Y los seguidores del doctor Uribe salen a las calle a protestar por las condiciones de penuria en que se encuentran los trabajadores y los pensionados, cuando en su mandato eliminó las horas extras y las tarifas diferenciales para el trabajo dominical y de días feriados. Y además fue el impulsor de un Sistema de salud que nos tiene al borde de la tumba y congestionadas  las instancias judiciales debido a las miles de tutelas que se redactan día a día para demandar a las EPS.

Y de otro lado, los seguidores ciegos del santismo, además de arremeter contra los uribistas de una manera ciega, olvidan que fue el actual presidente, el amigo del alma en su momento el que lo nombró Ministro de Defensa, el que lo impulsó para que llegara a la Presidencia y otras muchas cosas más. El mote de Judas que se le ha endilgado no es nada extraño.

Pero no podemos continuar moviéndonos en un escenario de una absoluta polarización y ya está bien que se vaya aclimatando un lenguaje alejado de todo sectarismo porque sin duda alguna las nuevas generaciones están recogiendo, interiorizando un clima de enfrentamiento no armado que es igualmente dañino.

Mientras todo ello pasa, las bandas criminales, llámense paramilitares, narcotraficantes, atracadores, crecen de una manera exponencial porque toda la energía se concentra en la lucha entre la oposición y el gobierno.