Minjusticia pone la lupa sobre el microtráfico y el ‘narcomenudeo’ en los centros urbanos del país
BOGOTA, 10 de marzo de 2016 (RAM) Ante la evidencia de que el microtráfico y la comercialización de drogas se han convertido en un delito tan relevante como el tráfico de drogas hacia el exterior, el Ministerio de Justicia y del Derecho realizó un detallado estudio sobre estos fenómenos en cinco ciudades del país. El producto consistió en la formulación de una metodología de fácil acceso para que los territorios realicen sus propios diagnósticos y unos lineamientos de política en torno al tema para que sean aplicados de acuerdo con sus propias realidades.
Los lineamientos de política combinan elementos de persecución penal, vigilancia pública, capacidades y fortalecimiento del capital social, mitigación del riesgo y prevención, constituyéndose en una hoja de ruta para que los gobiernos locales y departamentales puedan definir programas para el control de estas problemáticas.
En estos documentos se presenta un conjunto de programas que los gobernadores y alcaldes pueden aplicar para que la seguridad ciudadana y los derechos fundamentales de la población afectada se garanticen plenamente.
La guía viene acompañada de atlas en los que se detalla cómo está actualmente la situación en Bogotá, Cali, Pasto, Medellín y Barranquilla. El informe da cuenta de la concentración espacial de la incautación por tipo de sustancia, la ubicación de colegios frente al mercado de sustancias psicoactivas y las variables asociadas al microtráfico.
Dichos insumos permitirán entender el comportamiento de los fenómenos a nivel local, como paso previo a la focalización y priorización de intervenciones que busquen un balance entre la persecución penal y la intervención del Estado desde una perspectiva de reducción de vulnerabilidades e inclusión social. Esto centrado en la protección de los derechos de las poblaciones afectadas, con el fin de cerrarles caminos a los traficantes y blindar a las ciudades ante este fenómeno.
Algunos resultados
Bogotá: Las zonas en las que se incauta mayormente cocaína están en el sur y el suroccidente. Sin embargo, también aparecen algunos casos específicos en el norte. En los lugares en los que más se incauta esta sustancia también es donde caen mayores cantidades.
En Bogotá se caracterizaron tres zonas con grandes diferencias en las sustancias que se consumen, los compradores, los controles de las organizaciones criminales y los entornos socioeconómicos. En términos generales el precio del basuco en estas zonas oscila entre $ 2.000 y $3.500 por dosis, la marihuana puede encontrarse desde los $ 1.000 el cigarrillo. El estudio también establece que numerosos colegios se hallan en zonas de alta proliferación de comercialización de drogas.
Medellín: Las zonas donde se registraron mayores incautaciones de marihuana están diseminadas por toda la ciudad, pero hay focos importantes de expendio en el centro, nororiente y suroriente. Mientras que la cocaína fue encontrada mayormente en el centro y norte. La mayor concentración de casos de incautación de basuco se dio en el centro.
En Medellín se caracterizaron dos zonas de particular importancia. Un hallazgo importante es que los niveles de naturalización de la comercialización y consumo de marihuana son mayores a los de otras ciudades. Otro punto importante es que en Medellín al parecer existen mayores limitaciones sociales a la comercialización y consumo de basuco que en otras ciudades como por ejemplo Bogotá.
Cali: La incautación de grandes cantidades de marihuana se focaliza en zonas muy limitadas del centro y norte de la ciudad. En relación con la cocaína, en el sur se tienen varias incautaciones de cantidades pequeñas. Sin embargo, en el centro existen áreas que dejan ver un crecimiento tanto en casos como en cantidades incautadas. El decomiso de basuco sigue un comportamiento similar al de la cocaína.
En Cali se caracterizaron dos zonas de particular importancia por las relaciones históricas entre mercados urbanos de drogas, conflictividad y exclusión social. El estudio para zonas colindantes con el Río Cauca muestra altos índices de consumo de basuco y heroína a bajo precio. También se señala la importancia de consolidar la presencia del estado en sectores dominados por pandillas y estructuras criminales. Las aproximaciones sugieren que poblaciones ubicadas en estos entornos tienen importantes barreras de acceso a oportunidades laborales legítimas y esto en una buena medida repercute en el fortalecimiento de la idea de búsqueda de sustento dentro de la ilegalidad.
Barranquilla: Aunque las zonas en las que más se incautó marihuana están relativamente dispersas por la ciudad, el oriente y el centro es en donde ocurren más decomisos. En cuanto a la cocaína, de 2014 a 2015 han disminuido las incautaciones, especialmente en el norte. No obstante, han surgido nuevas zonas de alta concentración en el sur.
En la ciudad de Barranquilla el estudio caracterizó dos lugares de particular importancia por su relación con escenarios de entretenimiento y bajos índices de desarrollo humano. Las aproximaciones señalan que al igual que otras ciudades existe control de estructuras criminales en materia de microtráfico y que estas estructuras se valen de estructuras menores y pandillas para la comercialización de las sustancias.
Pasto: A diferencia de las demás ciudades, registra un número mucho más bajo de incautaciones de marihuana, lo que hace que las áreas con mayor número de decomisos sean más grandes que las de las otros capitales en relación al área total. En términos de grandes cantidades de cocaína decomisadas, los puntos más relevantes se encuentran en el centro.