Cuatro bodas y un director de funeral
(Recopilación de Tomás Nieto)
Una señora de 80 años estaba siendo entrevistada por un canal local de noticias puesto que era la cuarta vez que se casaba. El reportero comenzó a hacerle preguntas acerca de su vida, y del por qué había decidido casarse de nuevo a los 80.
«Mi marido es director de una funeraria», respondió ella.
«Eso es interesante», respondió el periodista.
El reportero sintió entonces curiosidad por sus tres maridos anteriores y cuáles habían sido sus profesiones. Después de unos minutos de reflexión, la mujer sonrió y respondió con orgullo. La mujer contó que cuando tenía 20 años se casó con un banquero; cuando tenía 40 años se casó con un director de circo; con un predicador a los 60 años y ahora a los 80 con un director de funeraria.
El reportero estaba un poco sorprendido por la respuesta, pero siguió adelante y formuló su última pregunta. El periodista le preguntó la razón por la que había decidido contraer matrimonio con personas con vidas tan diferentes.
La mujer sonrío y explico: «Bien, me casé con mi primer marido por dinero; con el segundo por la diversión; con el tercero para estar preparada espiritualmente y con el cuarto para tenerlo todo en regla cuando llegue el momento».
El presidente del club de Golf
Un anciano le pregunta a su esposa: «Marta, pronto cumpliremos 50 años de casados y me gustaría preguntarte algo. ¿Alguna vez me has sido infiel durante todo este tiempo?»
Marta respondió: «Bueno, Henry, quiero ser honesta contigo .. Sí, te he sido infiel tres veces durante estos 50 años, pero siempre por una buena causa.»
Henry, obviamente triste por la confesión de su esposa, le dice: «Nunca tuve la más mínima sospecha. ¿Me puedes explicar qué quieres decir con «buenas razones»?
Marta le cuenta: «La primera vez fue poco después de que nos casáramos. Estábamos a punto de perder nuestra casita porque no podíamos pagar la hipoteca. ¿Te acuerdas que una tarde fui a ver al banquero y al día siguiente se nos comunicó que nos extendían el préstamo?»
Henry recordó la visita al banquero y le dijo: «Puedo perdonarte por esta vez, pues salvaste nuestra casa, pero ¿qué ocurrió la segunda vez?»
Marta le dice, «¿Te acuerdas cuando estabas tan enfermo y no teníamos dinero para pagar la operación de corazón que necesitabas? Una noche fui a ver al médico y al siguiente día pasaste por el quirófano sin coste alguno”.
«Sí lo recuerdo,» dijo Henry. «Lo hiciste para salvar mi vida, así que por supuesto que puedo perdonarte también. Ahora dime que pasó la tercera vez.»
«Muy bien», dijo Martha. «¿Te acuerdas de cuando te presentaste a las elecciones del tu Club de Golf como presidente y necesitabas 73 votos más?».
Henry se desmayó …!Nunca volvió en SI sino en NO!
ANIMALES CRISTIANOS
Un ladrón entra en una casa una noche.
Enciende su linterna y mira alrededor, buscando cosas de valor que llevarse.
De pronto, una voz desde la oscuridad le dice:
– Jesús sabe que tú estás aquí.
El ladrón casi se muere del susto al escuchar la voz, apaga su linterna y queda paralizado del miedo.
Espera un rato y no oye nada más.
Sacude la cabeza y continúa.
Cuando empieza a tratar de desconectar el televisor, vuelve a escuchar claramente la voz que le dice:
– Jesús te está mirando.
Completamente aterrorizado, el ladrón mueve la luz de su linterna, buscando el origen de la voz.
Finalmente, en la esquina de la habitación, puede ver a un lorito.
– ¿Fuiste tú el que hablaste?
– Sí -le contesta el lorito- Yo solo estoy tratando de avisarte que él te está mirando.
El ladrón, relajado, le dice:
– ¿Así que me estás avisando, eh?, y… ¿quién diablos eres tú?
– Moisés -contesta el pájaro.
– ¿Moisés? -se ríe el ladrón-. ¿Qué clase de persona le puede poner de nombre Moisés a un loro?
– La misma clase de persona que le pone por nombre «Jesús» a un ¡Rottweiler!
– ¡¡¡Cógelo, Jesús!!!