29 de marzo de 2024

Colpensiones: toda una vergüenza nacional

Abogado, analista y columnista de opinión en El Espectador, Revista Semana y Eje 21.
3 de marzo de 2016
Por Uriel Ortíz Soto
Por Uriel Ortíz Soto
Abogado, analista y columnista de opinión en El Espectador, Revista Semana y Eje 21.
3 de marzo de 2016

Comunidad y Desarrollo

uriel ortiz

La peor desigualdad social en nuestro país se observa en las pensiones; no existe un equilibrio de justicia social entre las pensiones de los diferentes sectores de la clase trabajadora, los poderosos que son lo que menos trabajan y más le roban al Estado, son los que obtienen y ostentan pensiones jugosas y de pos sí extravagantes.

Los estudiosos de la violación a los derechos de los trabajadores, encontrarán en el manejo pensional de nuestro país, todo un monumento a la infamia, a la impunidad y a la desigualdad social, esto, sumados a los carruseles y actos de corrupción que son el pan de cada día dentro de Colpensiones, entidad, que debería honrar a quienes se acercan a sus instalaciones a tramitarlas, para que una vez obtenida, les permita vivir con tranquilidad los últimos años de su vida, pero, lamentablemente sucede todo lo contario, se les convierte en el peor calvario.

Es inverosímil que personajes de la vida nacional, especialmente  congresistas y altos funcionarios del Estado, sean privilegiados con su pensión en el menor tiempo posible, pero, lo más preocupante con jugosas mesadas que no tienen ninguna justificación por las preferencias del Estado, puesto que les permite cometer toda clase de marrullas para lograrlo.

En Colombia, los mas vivos son los que logran altas pensiones, tenemos casos de individuos especialmente de los Seguros Sociales en liquidación, que no obstante haber desempeñado modestos cargos, están devengando jugosas mesadas, y nadie se a atrevido someterlas a revisión, puesto que fueron decretadas en contubernio con los carruseles, que funcionan como un relojito dependiendo de los sobornos y dádivas económicas.

Como en la novela de Gabriel García Márquez: “El coronel no tiene quien le escriba”, hay miles de ciudadanos en diferentes ciudades del país y del exterior, que llevan años y aún décadas esperando recibir la comunicación de su pensión después de haber laborado los tiempo reglamentarios para adquirirla, sin embargo, todo termina en un mutismo de complicidad con quienes tienen el manejo de tan delicada misión humanitaria.

Lamentablemente “Colpensiones” que en principio se creyó  iba a ser la solución  a todas las angustias de los aspirantes a ser pensionados, resultó peor que la enfermedad, puesto que se están presentando casos tan aberrantes, que por lo regular el ciudadano solicitante que tiene más de sesenta y cinco años a cuestas, es presa fácil de los carruseles que allí se conforman, no solo para esquilmarlo, sino también para hacerle imposible la ilusión de toda su vida.

Varios medios de comunicación han divulgado la forma en que operan los carteles de las pensiones: son una organización tan perfecta, que lo logran así su candidato no haya aportado un mínimo de semanas cotizadas para obtenerla que por lo regular  son jugosas, todo gracias a la organización que procura no dejar cabos sueltos para evitar ser detectados en el futuro.

Lograr una pensión en Colombia es obra de titanes, cuando el aspirante considera tener las semanas cotizadas exigidas por la ley, muchas veces, al presentar su solicitud, se lleva las gran sorpresa: sus derechos no existen, puesto que, los patronos se las descontaban, pero no las reportaron; son miles los casos que hay pendientes por resolver sobre tema tan delicado, pero, lo más grave, es cuando se pierden los documentos y los expedientes en trámite.

Se conocen casos de personas que laboraron el tiempo reglamentario en determinada empresa y no existe el más mínimo antecedente de que sus patronos hubiesen pagado los parafiscales de sus derechos pensiónales, razón por la cual tiene que acudir a las instancias judiciales, para hacer valer sus derechos, que por lo regular terminan en nada.

Nos permitimos a través de esta columna denunciar los principales obstáculos y viacrucis que padece un ciudadano que ha laborado 25 ó 30 años, para aspirar a obtener una modesta pensión: tiene que padecer miles de dificultades, la mayoría de las veces termina siendo víctima de timadores y ladrones de cuello blanco, que con la complicidad de jueces y funcionarios corruptos les hacen el trámite imposible:

1º- Jubilación Anticipada por enfermedad: se requiere que el aspirante tenga una incapacidad laboral del 45%, pero esto lo tiene que demostrar mediante un trámite tan dispendioso y engorroso, la mayoría de las veces muere, sin haber logrados su objetivo.

Sobre este punto existe un vacío jurídico puesto que además se exige que haya cotizado más de 25 años y tenga como mínimo 56 años de edad, o sea que tienen que llevar el ataúd a cuestas para poder que los inhumanos funcionarios se compadezcan.

2º- Las semanas cotizadas no aparecen: son miles los casos  que se presentan por este hecho, y sucede con la complicidad de los carruseles conformados por abogados inescrupulosos y funcionarios de la entidad corruptos, que cargan estas semanas para completar las cotizadas a quienes les falta la misma cantidad, previo un acuerdo económico.

3º- Aspirantes que radicaron la solicitud, pero después de varios meses o años nadie le da respuesta: estos casos se están presentando pero muy especialmente donde hay influencia de los carruseles de pensiones, puesto que es una forma de timar los derechos de quienes realmente son sus titulares, por el de personas, que ni siquiera han cotizado un mínimo de semanas.

4º- Derecho pensiónales fraudulentos: fue lo que ocurrió en Foncolpuertos, que los políticos de la época buscaban ingenuos ciudadanos para “enchaparlos” como pensionados, ponerlos a devengar jugosas pensiones, pero más del 75% iban a parar a una causa política.

5º- Derechos pensiónales con certificados falsos: si se somete a revisión el historial laboral de cada uno de los pensionados que figuran como profesionales, nos llevaremos la gran sorpresa y miles pararían en las cárceles, puesto que para lograrla, compraron el título profesional o falsificaron documentos.

6º- Pensiones de personas fallecidas: cuando un aspirante a ser pensionado fallece sin haber culminado el trámite, sin dejar herederos, por los regular lo camuflan o trasladan las semanas cotizados a quien las esté necesitando, previo el pago de una buena cantidad de diento.

Lamentablemente esta gran injusticia social, se vive en todas las regiones de Colombia, y son millones las personas que finalmente tienen que darse por vencidas, puesto que sus fuerzas y su situación económica les impide movilizarse; pero, los tramitadores y delincuentes de cuello blanco si están al acecho para camuflarse y lograr el objetivo con otras personas totalmente ajenas al solicitante inicial.

 

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