21 de abril de 2025

La banalización de la justicia

Por José Ferney Paz Quintero
19 de enero de 2016
Por José Ferney Paz Quintero
19 de enero de 2016
JOSE FERNEY PAZ QUINTERO
ABOGADO CONSULTOR

José Ferney PazPor sentencia se entiende un acto jurisdiccional que emana de un juez que le pone fin a un proceso o a una etapa del mismo, regida por normas de derecho público por tratarse de una actuación emanada por  una autoridad pública, en donde  en lo penal se impone una sanción  o castigo que puede recibir una persona como consecuencia del cometimiento de algún tipo de delito o acto ilegal.

Duele decirlo, pero en Colombia sigue sucediendo que al pobre no hay quien lo  defienda, quien lo represente y mucho menos quien lo beneficie, sin embargo al poderoso, al potentado, al financiero, al político de profesión y todos aquellos que se rodean en las alturas, siempre encuentran alguien que les dé una mano y lo vemos permanentemente con los numerosos casos de corrupción que afectan a la sociedad.

Si la esperanza  nuestra está puesta en la debida aplicación  de la justicia en todas  sus jurisdicciones, nada tenemos que discutir, cuando casos probados de corrupción, saqueo del erario público, las comisiones o coimas, la obstrucción a las investigaciones, los sobornos, el cohecho, el prevaricato, los conciertos para delinquir, son penalizados con benevolencia, casi que con piedad procesal como lo  sucedido con la  sindicada esposa del cuestionado ex gobernador de Cundinamarca Álvaro Cruz, al ser condenada a 35 meses de  prisión excarcelables, con beneficio domiciliario, sin purgar un solo día de reclusión intramuros, para quien ultrajó la justicia tratando de  sobornarla, con ocultación y destrucción de  elementos probatorios.

Por lo que  se observa pareciera ser, que quienes están obligados a aplicar  en debida forma la ley penal, están banalizando las bases morales de la justicia, entendida como algo negativo al trasformar lo que debería preocupar a la ciudadanía, en algo banal y superficial.

Resulta Sorprendente que alguien con una preparación académica sobresaliente, con posición social  de importancia, ex funcionaria de alto nivel, depositaria de la fé pública como  ex notaria, profesional del derecho con amplia experiencia en el campo jurídico y judicial, haya incurrido en  actos  de corrupción en asocio con su esposo quien defraudó la confianza ciudadana  como  gobernador de   Cundinamarca, quienes se confabularon para  tratar de torcer la justicia buscando sobornar a altos funcionarios de la Fiscalía, incluyendo al vice fiscal Perdomo, trasgresiones reconocidas por la  investigada, sólo  le represente una  condena mínima, a pesar “ que  entendía y conocía que estaba actuando por fuera del ordenamiento jurídico máxime cuando ostenta la profesión de abogado“, reza  apartes de la frágil decisión judicial

Preocupan estos fallos y la vara de medición de la justicia penal colombiana, que por la forma de actuar presenta más dilataciones que las grietas de los edificios después de un temblor de tierra.

Si nos fastidia la lentitud de la justicia, la congestión y el atraso, los paros, como el que se  anuncia, contrariando el concepto de servicio público permanente que la determina,  las promesas de una reforma estructural, la que  no se obtendrá si se persiste que sea a través del legislativo, no podemos menos que sentar nuestra inconformidad al presenciar cómo esos funcionarios corruptos, y sus cómplices siguen haciendo su vida como si nada hubieran hecho y peor aún que continúen en cargos de poder,  cobrando del dinero público, o  pavoneándose en  los círculos sociales o en los tendidos de las plazas de toros, disfrutando del dinero de los contribuyentes, aprovechando la laxitud de un sistema judicial y las débiles investigaciones disciplinarias y  fiscales, todas en los anaqueles  de esos  entes de control de papel.

Imposible generalizar por cuanto hay jueces y magistrados  que honran su ejercicio  jurisdiccional , pero  estas actuaciones aisladas  en procesos penales  que afectan  la seguridad jurídica y la paz social que tanto se anhela, nos hace  reflexionar sobre la necesidad de tener jueces rectos, de carácter, que  apliquen  los textos legales y la adecuada dosificación de las penas de acuerdo a la gravedad de los delitos investigados,  ponderando todos los hechos y circunstancias de la actuación procesal, en donde impere la trasparencia, sin inclinar sus juicios hacia donde puedan soplar intereses espurios.

Sólo así, el sistema judicial que constituye pieza fundamental dentro de estructura estatal, puede ser objeto del aprecio y la confianza ciudadana, conquistándola y mereciéndola día a día,  lo que no viene ocurriendo en el momento presente, generándose una desengaño frente a las instituciones encargadas  de  ejecutar  uno de los dones  más preciados, como lo es el de la justicia.

De  verdad, ante la ausencia de  una aplicación  ecuánime y objetiva  de la  misma, cómo hace de falta la sanción social, entendida como la manifestación de  nuestro rechazo a quienes violan normas de convivencia de beneficio público.

Adenda Uno: Bofetada  a una región: Es deber de  los  nominadores analizar  con sumo cuidado las hojas de vida y los antecedentes profesionales, y laborales de quienes van a conformar un equipo de trabajo en la administración pública, llámese nacional, departamental, municipal o distrital.

Se afirma  lo anterior  por el bofetón  que  la región caldense  acaba de recibir  de  parte del recién elegido alcalde de Bogotá señor Peñalosa al designar  para una de las secretarias distritales  a quien  se desempeñó como gerente del entonces proyecto aeropuerto del café, en una  administración departamental de  recordación nefasta para los caldenses, por la forma como se desarrollo la gestión gubernamental,  mega obra   cuestionada por los  contratiempos  en su ejecución , fallas en los diseños,  inestabilidad de los terrenos, indelicadezas en la contratación, las sumas millonarias invertidas, sin que se vislumbre  culminación de la misma, frustrando una aspiración  de toda una región  de contar con una salida  área  y donde los entes de control  dejaron de mirar o han  mirado para otro lado  dejando una sensación de  orfandad  investigativa en procederes administrativos que han generado un claro detrimento patrimonial   y pérdida de recursos públicos.

Estas posturas de los gobernantes en la libre escogencia de sus  colaboradores  debe  ir acompañada del  conocimiento  de  los nombrados, sus historias como funcionarios y no coadyuvar para que esos cuestionados  burócratas  se paseen por lo público  a pesar de lo perjuicios irrogados en el ejercicio estatal del pasado  amparados en subrepticios apoyos políticos.

Esa designación no le hace bien al alcalde Peñalosa, debiéndole una explicación a las gentes de Caldas, quién seguramente desconocía los antecedentes del precitado funcionario, ahora, sí conociéndolos  procedió a su  nombramiento,  nos  genera interrogantes  respecto a lo que se debe entender por  la moralidad administrativa.

Resaltamos  las expresiones de inconformidad  formuladas por este portal en su sección “política con pimienta,” comentaristas de opinión del orden nacional,  y las del senador Lizcano, quien por su condición de vocero de esta zona geográfica,  sabe de buena tinta  que sobre  la construcción de esa  obra  se  debe sobrellevar todavía  la CRUZ a cuestas.

Un gran servicio le prestaría al congelado proyecto un pronunciamiento del Contralor Maya Villazón respecto a los procesos de responsabilidad fiscal que de tiempo atrás se vienen adelantando, sino es que sobre los mismos se estén generando los fenómenos de la prescripción.

Adenda dos: Anotación histórica: A propósito de la columna pasada  donde  me refería a la venta de Isagen, y a la posición dogmática del gobierno respecto a esa negociación, recibí una nota de un acreditado hombre público y de academia en donde consigna una anotación histórica, en los siguientes términos:”Alguien recuerda hoy que los norteamericanos nos dieron 25 millones de indemnización por Panamá que destinaríamos a la construcción de ferrocarriles modernizando nuestra movilidad. Fue recibida por el gobierno conservador de la época y nos quedamos sin el pan y sin el queso, porque perdimos Panamá y no construimos la red ferroviaria porque la plata se perdió en un mar de  corrupción. Recuerdos de una hegemonía que hoy cobran vigencia.”

“¿Pasará lo  mismo con las platas de Isagen? “

Frente  a la nota anterior, bien vale acudir al refrán popular. Averígüelo Vargas.

Bogotá, Enero  19 del  2016