La Arrogancia Colombiana: África versus Colombia
Por: Clara Inés Chaves Romero*

Mucho se habla del África como uno de los continentes en donde el mundo vuelve la mirada por su enorme potencial económico, su riqueza, su biodiversidad, por poseer uno de los pulmones del mundo en la cuenca del Congo, y por tener un gran número de países considerados como economías emergentes.
Desafortunadamente para Colombia a pesar de tener bastantes y variadas similitudes con el África y con algunos países o regiones del mismo en particular, sin mencionar sus raíces africanas, no es prioridad dentro de su política exterior.
Por el contrario, el desconocimiento que en Colombia poseen algunos de sus líderes es enorme, y la falta de visión raya con lo insólito.
Comencemos por decir que tanto Colombia como la República del Congo en el África Central poseen dos de los pulmones del mundo: La Amazonia y la Cuenca del Congo. Ambos son ricos en minerales, Colombia en esmeralda y oro, principalmente, y el África en oro, diamantes, uranio, petróleo, entre otros. Colombia es un país emergente donde la mayoría de los inversionistas europeos y americanos ponen sus ojos, y el África con énfasis en algunos países en particular como Sudáfrica que es considerado país emergente, y otros donde las medianas de sus economías presentan un crecimiento entre el 4 al 7 por ciento, y otros pocos por encima del 7 por ciento.
Colombia y algunos de los países del África por no decir en su mayoría, también poseen los mismos problemas, como la existencia de grupos armados, procesos de paz no resueltos, pobreza, falta de vías de acceso e infraestructura, corrupción, falta de credibilidad en los partidos políticos, problemas de salud, falta de acceso a la educación y falta de calidad en la misma.
La gran diferencia que existe entre nuestro país y los africanos, es que ellos se sienten orgullosos de sus raíces, preservan su cultura, y son conocedores de sus dificultades. En el caso colombiano, nos apenamos de nuestra raíz africana, decimos que todo está bien, y como si fuera poco, nos creemos de mejor familia, y con autoridad moral para señalar a los demás y menospreciarlos.
Los africanos al menos tienen excusas en su avanzar, pues algunos países son jóvenes en su independencia, y de alguna manera aún no han cortado el cordón umbilical con sus antiguas metrópolis colonializadoras, además de la falta real de compromiso de Europa para con ellos en algunos temas, como es el avance del grupo Boko Haram. En el nuestro no hay excusa.
Venta como la de Isagén, la posesión de algunos alcaldes y gobernadores en el país, especialmente en la Costa que pese a tener demandas en su contra se posesionan, algunos de ellos vinculados a carteles, otros representan la continuidad, el clientelismo, la venta o circo de los avales que hubo en su momento, la falta de nacionalismo y de disciplina al interior de los partidos es asombrosa, la falta de presencia del estado en algunas partes del país en donde está dominada por los carteles de la minería, la falta de gobernabilidad y la pérdida del control del Gobierno en regiones como la Amazonia y en algunos parques nacionales donde talan arboles sin reforestar para sembrar coca por ejemplo, y con ello afectando el medio ambiente, y la estabilidad del ecosistema; son algunos de los muchos problemas que tenemos los colombianos, unidos a la falta de autoridad y de complacencia diplomática en contra de nuestros propios intereses como se vio en el caso del mal manejo que se le dio a San Andrés , Providencia y demás cayos, islas e islotes en donde perdimos parte de nuestro territorio y soberanía, la falta de continuidad de los proyectos de largo plazo y de mediano plazo, debido a la preminencia de intereses personales y electorales, hace todo ello que nuestra democracia e instituciones se debiliten.
Lo peor es que nos creemos superiores, y somos tan miopes que no nos permitimos mirar a nuestros iguales como es el caso de nuestros hermanos africanos de quienes podemos aprender, y sumar ventajas comparativas.
Lo cierto es, que Brasil y Venezuela sí conocen la importancia de lo que significa tener como aliados estratégicos a los 54 países africanos en donde tienen representaciones diplomáticas en casi todo el territorio de este continente, y los colombianos dejamos perder 54 votos que representaría la alianza con el África a favor de la política exterior o de las candidaturas que Colombia pudiera presentar en los distintos escenarios internacionales.
Es lamentable que se vean las embajadas como empresas, y no con el objetivo real que les corresponde. Sin mencionar que comercialmente hay muchas ofertas y alternativas de mercado que nuestras empresas de bienes y servicios pudieran ofrecer y hacer en el continente africano. Como podemos tener un liderazgo político internacional en esta región, cuando solo tenemos embajadas en Sudáfrica, Egipto, Marruecos, Kenia, Ghana y Argelia, y además desperdiciamos oportunidades que ellos mismos nos brindan a nosotros, como es el caso de la República del Congo quien su Canciller venía con un paquete grande de ofertas para nosotros, y tuvo que cancelar el año pasado su visita oficial al país, porque no hubo una voluntad positiva y proactiva para acogerlo.
Todo ello da dolor de patria.
Profesora Universitaria y ex diplomática