El séptimo aniversario de la muerte de Víctor Renán Barco
Por Juan Carlos Martinez, director de TNN@noticias
Este martes –19 de enero– se recuerda el séptimo aniversario de la desaparición, a los 81 años, de Víctor Renán Barco López, el senador más acatado, querido y sobresaliente del parlamento colombiano.
Nacido en Aguadas –la ciudad de las brumas— el talentoso líder político estableció su fortín en La Dorada –a orillas del Magdalena—y murió en el Hospital Santa Sofía, de Manizales, tras sufrir un aparatoso tropezón en su apartamento del tórrido puerto a orillas del Río Magdalena.
Una biblia en materias tributarias, jamás buscó las altas dignidades. Alegando que “no tengo ropa para semejante investidura”, no quiso ser primer Designado a la presidencia (la desaparecida figura vicepresidencial), ni presidente del Congreso de la República. Apenas duró 19 días como ministro de Justicia de la administración López Michelsen, cargo al que renunció durante un debate que le hizo, en la Cámara, el representante conservador Jesús Jiménez Gómez, caldense como él, por conductas de su juventud que se negó a controvertir.
Jefe de las mayorías liberales de Caldas durante muchos años, formó troika política en su provincia natal con su copartidario Luis Guillermo Giraldo Hurtado y el conservador Omar Yepes Alzate. Su alianza con este último duró tantos años que en Manizales el periodista William Calderón los apodó el “Dueto de Antaño”, en su programa radial “La Caricatura”.
Eterno solterón jamás vencido, tuvo varios hijos naturales. Amasó una fortuna considerable cuyos herederos debieron pleitear en los estrados judiciales. Amó con devoción de cadete a Londres, ciudad en la que se doctoró en ciencias económicas. Allá vestía como un dandi, con sombrero de copa y pequeño bastón. Los primeros rudimentos en el derecho y la economía los aprendió en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá.
Cuando un gobernador no le marchaba burocráticamente, no se quejaba ante el ministro de Gobierno sino ante el presidente de turno, porque “yo suelo hablar con el jinete y no con el caballo”. Recordamos entre los mandatarios caldenses que tumbó al finado líder cafetero Fabio Trujillo Agudelo y a Pablo Muñoz Gómez, el liquidador de Interbolsa.
En el Congreso era la tabla de salvación de todos los gobiernos que se empeñaban en darle trámite a las odiosas reformas tributarias. Le encantaba coronarlas porque “mi negramenta (así apodaba a sus electores) no declara renta, no padece retención en la fuente, ni paga impuestos”.
Una encuesta revivida

Rescatamos en este séptimo aniversario de la muerte del señor Barco López la siguiente encuesta que adelantamos para TNN@noticias:
Por solicitud de Periodismo Político Puro, el Presidente Juan Manuel Santos, y otras personalidades de la política colombiana y la diplomacia, recordaron al talentoso político caldense.
“…Haberle sido alumna y cercana en su más caro entorno político en su histórica misión, avala y fortalece mi formación profesional..”, Carmenza Jaramillo, embajadora en China.
Exsenador y expresidente Partido Conservador, Omar Yepes Alzate: “Renán Barco fue un personaje de excepción. De la provincia saltó a la figuración nacional con méritos indiscutibles. El congreso y la prensa lo catalogaron como parlamentario estudioso e imprescindible en los asuntos económicos y en la política avezado y con visión amplia sobre el país y la vida de los partidos. Serio en sus compromisos, hombre en quien se podía confiar. Tenía palabra de oro. Hombres como él le hacen falta a Colombia”.
“…El me ayudó en todos los puestos que he tenido…”, confesó a TNN@ en el Capitolio el exministro de Defensa, Juan Manuel Santos Calderón, mientras el cuerpo de Barco yacía en cámara ardiente en el Parlamento.
Santos como Presidente de la República escribió para Nos Leen y Nos Creen: “El doctor Barco me llevó a la política. Estaba ejerciendo el periodismo en El Tiempo y me invitó porque nosotros hablábamos mucho sobre política inglesa. Me invitó a hacer campaña por su candidato a la Asamblea Constituyente en La Dorada en donde coincidimos con Alfonso López Michelsen en donde el ex presidente dijo que en 40 años un Santos y un López no hablaban en la plaza pública. Barco me insistió mucho que me metiera a la política y fue cuando di el salto del periodismo a la política. Y desde entonces él me ayudó en todos los puestos que he tenido como ministro de comercio. Y con el doctor Iragorri, Barco fue uno de mis jefes de debate para la Designatura. Me enseñó a conseguir votos en el Congreso de la República cosa que me ha ayudado muchísimo de ahí en adelante”.
Otra opinión: “…lo imagino hoy cuando (…) con su figura desgarbada, pescando proyectos de Ley en el cielo, mientras se saca pedazos de bizcocho de su gabardina inglesa de 100 años y se lee la última columna del Economist sobre la recesión europea…”, ex presidente Ernesto Samper Pizano.
Uno más: “lo estimé y admiré. Era un lector analítico de The Economist, seguía con entusiasmo la política británica, a muchos nos obsequiaba anualmente la elegante agenda de bolsillo de esa casa editorial, que utilizábamos con orgullo antes de los teléfonos multiusos. Sabía de todo y guardaba un altísimo nivel de información. Sumamente audaz en el ejercicio político, prudente con los gobiernos, desabrochado en el tono y cuidadoso con el lenguaje”, Álvaro Uribe Vélez.
“Era un ejemplo de lo que debe ser un congresista al servicio de la patria”, ex presidente del Partido Conservador, senador Efraín Cepeda Sarabia.
Un par de frases de Renán Barco en las miles de horas de conversaciones con el reportero político TNN@ durante 28 años en el Capitolio Nacional: “La mujer que se quiera casar conmigo está loca y yo con una loca no me caso”… “Un político nunca muere porque siempre habrá alguien que le lleve flores a la tumba”.